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Tuesday, August 05, 2014

5 de agosto de 1994: el día que los habaneros salieron a las calles a protestar

5 de agosto de 1994: el día que los habaneros salieron a las calles a
protestar
Cerca del Hotel Deauville, se veía un carro patrullero destrozado a
pedradas. Paramilitares llegaban en camiones armados con cabillas y
tubos de acero.
Iván García Quintero
agosto 04, 2014

Fue 1994 un año tremendo. La caída del Muro de Berlín y la desaparición
de la URSS, habían sido el detonante para la implantación en Cuba del
'período especial en tiempos de paz', una crisis económica que se
extiende por 25 años.

Retrocedimos a una economía de subsistencia. Las fábricas cerraban por
falta de combustible e insumos. Los bueyes sustituían a los tractores. Y
los apagones eran de doce horas al día.

La isla entró de lleno en una etapa de inflación, carestía y hambre.
Comer dos veces al día era un lujo. La carne, el pollo y el pescado
desaparecieron de nuestro menú. La gente comía poco y mal. La
desnutrición provocó enfermedades exóticas como el beri-beri y la
neuritis óptica.

El régimen verde olivo activó planes de contingencia. Los institutos de
investigación patentaron bodrios alimenticios como la masa cárnica, el
picadillo de soya y la pasta de oca, que servían de engaño al estómago.

Para cuando la gente cayera abatida en las calles como moscas, a causa
de la hambruna, el gobierno había contemplado un proyecto extremo
llamado 'opción cero'.Una alerta roja, donde camiones militares
repartirían raciones barrio por barrio. La 'opción cero' no se llegó a
ejecutar. Entonces, un dólar llegó a costar 150 pesos cubanos y por una
libra de arroz, si se conseguía, se pagaba 140 pesos, igual que un aguacate.

En ese contexto vivíamos los cubanos en 1994. Un año caliente. El
desespero y las penurias llevaron a muchos a lanzarse al mar en chalupas
de goma, en un intento por llegar a Estados Unidos.

Yo tenía 28 años y cuatro de cada cinco amigos o conocidos hacían planes
para construir una embarcación decente que les permitiera viajar rumbo a
la Florida. No se hablaba de otra cosa. Solo de huir.

Todavía en la mañana del 5 de agosto, ser balsero era un delito. Si te
pillaban, podías cumplir una sanción de hasta 4 años tras las rejas. A
pesar de los chivatos, al amparo de los apagones se construían balsas de
todos tipos y tamaños. La Habana parecía una ciudad de fragatas. En mi
barrio, un ex marinero se ofrecía como práctico en cualquier aventura
marina. El hombre tenía sextante y cartas náuticas. "Es una travesía
complicada. Podemos ser merienda de tiburones si no se prepara bien la
expedición", decía.

Por esos días, jeeps con militares de boinas rojas y AK-47 patrullaban
las calles. La capital era como una lija de fosforo. Cualquier roce
podía provocar un fuego. Apenas mes y medio antes, el 13 de julio, se
había producido el fatídico hundimiento del remolcador 13 de marzo.

Las autoridades, para dar un escarmiento ante los numerosos intentos de
fugas ilegales, a 7 millas de la bahía habanera, intencionalmente
embistieron un viejo remolcador. A bordo iban 72 personas. Murieron 37,
entre ellos, 10 niños. Según el testimonio de los sobrevivientes, dos
remolcadores del gobierno les negaron ayuda. Fue un crimen.

Sobre las once de la mañana del viernes 5 de agosto, un amigo llegó ante
un grupo de jóvenes que estábamos sentados en una esquina del barrio y
atropellando las palabras dijo: "Parientes míos en Miami llamaron por
teléfono. Dicen que cuatro lanchas grandes salieron rumbo a La Habana, a
recoger a los que deseen irse. En el malecón hay un montón de gente
esperándolas".

Un chofer de la ruta 15, hoy residente en España, nos invitó a tomar el
ómnibus para llegar más rápido. El hombre se desvió del itinerario. Por
el trayecto iba recogiendo personas que le sacaban la mano. "Voy para el
malecón", les decía. Cada pasajero que subía, contaba una versión nueva
de lo que estaba aconteciendo. "La gente ha roto las vidrieras de las
shoppings y están robando comida, productos de aseo, ropa y zapatos. Han
volcado carros de patrullas. Parece que 'esto' (el gobierno) se jodió",
comentaban.

El ambiente era de fiesta. Cerca del antiguo Palacio de Presidencial,
fuerzas combinadas de la policía, militares y agentes de Seguridad del
Estado, detuvieron el ómnibus. Un grupo leal al régimen intentaba
contener las protestas antigubernamentales y los incipientes disturbios.
Había una algarabía impresionante.

Nos apeamos del ómnibus y por calles interiores caminamos hacia la
Avenida del Puerto. En la avenida, paralela al malecón, había muchísimas
personas ansiosas, mirando el horizonte.

Cerca del Hotel Deauville, se veía un carro patrullero destrozado a
pedradas. Paramilitares llegaban en camiones armados con cabillas y
tubos de acero. Eran obreros de contingentes de la construcción creados
por Fidel Castro y que fueron movilizados con urgencia.

Por primera vez en mi vida escuché gritos de Abajo Fidel y Abajo la
Dictadura. Lo que comenzó con un intento de fuga masiva a la Florida, se
estaba transformando en un motín popular.

El epicentro del maleconazo fueron las barriadas pobres y
mayoritariamente negras de San Leopoldo, Colón y Cayo Hueso. Zonas donde
la gente reside en solares ruinosos y con un futuro entre signos de
interrogación.

Esos barrios de la capital son cunas del jineterismo, juego prohibido y
tráfico de drogas. Allí los hermanos Castro no son bienvenidos.

Pasada las 6 de la tarde del viernes 5 de agosto de 1994, fuerzas del
régimen parecían tener controlado el amplio perímetro donde la gente se
había tirado a las calles a protestar, robar o simplemente sentarse en
el muro del malecón, a esperar que algo sucediese.

Camiones antimotines detuvieron a cientos de hombres jóvenes, casi todos
mulatos o negros. Se esparció el rumor de que Fidel Castro estaba
recorriendo el lugar. Los AK-47 de los militares estaban sin pasador,
listos para usarse.

Cuando comenzó a oscurecer, los disturbios ya estaban bajo control.
Regresamos caminando y comentando los sucesos. Esa noche, ante el temor
de otras revueltas, no hubo apagón en La Habana.

Source: 5 de agosto de 1994: el día que los habaneros salieron a las
calles a protestar -
http://www.martinoticias.com/content/cuba-protesta-calle-maleconazo-/39275.html

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