Los comunistas cubanos de ayer

Los comunistas cubanos de ayer
Pertenecían a un grupo social excluyente, al partido que menos miembros
tuvo desde sus inicios de fundado, en 1925. Abrazaban una ideología que
rechazaba la mayoría de la población
miércoles, julio 23, 2014 | Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba –Los recuerdo muy bien. Deambulaban por las calles de
Camajuaní, mi pueblo natal villaclareño.

Melancólicos, vestidos pobremente. Jamás se les vio en los paseos del
parque los sábados y domingos. Pertenecían a un grupo social excluyente,
al partido que menos miembros tuvo desde sus inicios de fundado, en
1925. Abrazaban una ideología que rechazaba la mayoría de la población.

Por los años cuarenta todavía eran un puñado de hombres y mujeres, en su
mayoría pertenecientes a la tercera edad que, pese a disfrutar de una
sociedad libre, cometieron el error de creer y querer el comunismo.

En la foto que acompaña esta crónica están todos los comunistas de
Camajuaní, a la salida de una reunión, posiblemente en 1947 ó 1948. En
el centro, se destacan dos visitantes, seguramente dirigentes de La
Habana, los que a diferencia del resto, se ven mucho mejor vestidos, con
traje blanco y corbata oscura. Uno de ellos, delgado y calvo, está junto
a mi madre. También aparece, entre dos mujeres, una blanca y otra negra,
Faustino Calcines, famoso líder de la época, y mi tío Juan Castro,
sentado a la derecha de la primera fila.

Por mi madre y mi tío yo podría responder: Ella dejó de ser comunista
por los años setenta, pocos años después que Fidel Castro tomara el
poder. Siempre me ocultó sus razones. A mi tío le ocurrió igual. La
última vez que conversé con él, en 1967, era la decepción en persona.

El exilio está plagado de muchos de aquellos comunistas. Otros han
muerto en sus casas, completamente olvidados. Incluso los hijos de dos
grandes dirigentes, Jesús Menéndez, asesinado en 1948 y Blas Roca,
Secretario General del Partido, pertenecen a organizaciones pacíficas de
la Oposición y son reprimidos por orden de Fidel Castro.

Prestigiosos intelectuales y líderes sindicales de tendencia
marxista-leninista que marcharon a Estados Unidos, han señalado, en
esencia, que Fidel Castro sólo ha logrado gobernar mal y que jamás quiso
poner en práctica lo planteado en Los fundamentos del Socialismo en
Cuba, libro escrito en 1943 por Blas Roca y que servía para capacitar a
los obreros y campesinos que ingresaban al Partido Comunista: medidas a
tomar para resolver el problema de la miseria, de la vivienda, de la
tierra, de la industria, del desempleo y lograr un desarrollo económico
sin crisis, mediante el respeto a la propiedad de pequeños propietarios
y el reforzamiento a los capitalistas nacionales.

¿Quiere decir esto que los comunistas de ayer se sintieron culpables
cuando vieron por primera vez en Cuba los mercados vacíos, las cárceles
multiplicadas y abarrotadas de presos políticos, una dependencia
absoluta al Imperio Soviético, el hambre más repartida que antes y
castrados los derechos civiles?

El 28 de enero de 1968, a los nueve años de Revolución, ya no quedaba
nada del viejo Partido Comunista. Hasta los líderes más queridos por la
clase trabajadora, Joaquín Ordoqui, Aníbal Escalante y muchos otros, se
habían convertido en fantasmas dentro de sus propias casas, tildados de
microfraccionarios enemigos de la Revolución.

¿Fue entonces que con sus propios ojos, los viejos comunistas
descubrieron el engañoso acto sexual que ocurría entre Fidel Castro y
las ingenuas e ignorantes masas cubanas, un acto sexual fabricado por
sus órganos de propaganda, precisamente para que el responsable del
desastre económico que ha sufrido Cuba gracias a sus caprichos, no fuera
analizado por esas masas?

Ahondar y aclarar la trágica y controvertida historia de los comunistas
de ayer con relación a la dictadura actual, es tarea difícil. Aunque las
variantes son muchas, llama la atención cuando se dice que dejaron de
apoyar a Fidel Castro porque vieron que éste se engullía la democracia,
que las injusticias sociales continuaban y que su ideología, no era la
misma con la que ellos habían soñado.

Pero, ¿alguna vez analizaron que el gran inspirador de todos ellos, José
Stalin, fue peor que el dictador caribeño? ¿Alguna vez han aceptado que
se equivocaron en haber creído en el Comunismo y que sobre todo, al
final de la jornada, todos de una manera o de otra, han pagado muy caro
su error?

Source: Los comunistas cubanos de ayer | Cubanet -
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