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Tuesday, July 22, 2014

La trascendencia de estar preparados

La trascendencia de estar preparados
[22-07-2014 11:40:35]
Alberto Medina Méndez

(www.miscelaneasdecuba.net).- A veces el desanimo invita a perder el
norte. Muchos parecen resignados a vivir lo que viene como si fuera una
mera extensión del presente. Tal vez sea eso lo que suceda, o quizás
ocurra algo bien diferente.
La inmensa mayoría de las grandes transformaciones que contempló el
mundo no se produjeron como consecuencia de una simple sucesión
programada de hazañas y gestas previamente planificadas.

Fueron demasiadas las ocasiones en las que se desencadenaron
circunstancias absolutamente inesperadas, que aceleraron procesos ya
iniciados o encauzaron esfuerzos de un modo más ordenado. Es probable
que no hayan sido casualidades, sino una serie de eventos que ayudaron a
encaminar lo que se estaba gestándose pausadamente. No es un guiño del
destino, sino más bien un atajo hacia la posteridad.

No se trata de no hacer nada pensando que de todos modos ocurrirá lo
mejor, ni tampoco la idea es que se deba descansar en lo que proveerá el
azar. Muy por el contrario, en todo caso tiene que ver con la eterna
necesidad de estar preparados para que eso se constituya en una gran
oportunidad plenamente disponible para ser aprovechada.

Si se revisa la historia de las mas épicas revoluciones del planeta, se
encontraran relatos que hablan de esta maravillosa combinación de
ciudadanos que pretendían progresar y una lista de decisiones políticas,
aparentemente irrelevantes, que actuaron como el detonante de una
situación que se acumulo por años, pero que ante una coyuntura especial,
produjo un efecto dominó impensado, iniciando una cadena de incidentes,
supuestamente inconexos, que culminaron con una monumental reforma.

El futuro siempre está plagado de incertidumbre. Es imposible saber
fehacientemente lo que ocurrirá mañana mismo. Se puede proyectar y
pronosticar, pero solo serán subjetivas estimaciones que, con mayor o
menor precisión, describen las probabilidades de que algo puede acontecer.

Si se examina este tiempo se encontrarán situaciones por doquier que
hablan de acciones que se fueron empalmando unas con otras. Y que quede
claro que el mérito no pasa por tener algo de suerte, y esperar todo de
ella, o simplemente creer en el destino como ordenador natural. Ninguno
de esos dos ingredientes aislados, generan algo por sí mismos.

Lo que realmente impacta e incide de modo relevante es hacer todo lo
necesario para estar preparados, listos, disponibles y entonces
acompañar de forma activa los acontecimientos que permitan determinar el
sendero a recorrer y encaminarse definitivamente hacia el futuro que viene.

Por eso, pese al permanente derrotismo y descontento, no se deben perder
las esperanzas, ya no como un acto de fe, sino comprendiendo que si se
asumen las responsabilidades, se puede estar preparado para cuando el
tren pase, sabiendo que puede eso ocurrir solo una vez, y no estar
despabilados implica desperdiciar una ocasión que puede no repetirse.

Todas las personas deben preguntarse qué están haciendo, además de
quejarse, para prepararse para esa circunstancia irrepetible. Los
dirigentes políticos podrían también cuestionarse acerca de lo que están
haciendo para construir el puente hacia el porvenir. Muchos pueden creer
que no tendrán chance alguna. El escenario actual les dice eso a diario,
pero quizás no visualizan que un hecho cualquiera puede, mañana mismo,
cambiar las reglas imprevistamente y ponerlos allí en el centro de la
escena.

Cuantos de los personajes del presente están manejando el poder, sin
tener los merecimientos suficientes para hacerlo. Los más están ahí
porque fueron muy audaces y estuvieron alertas para dar el salto en el
momento indicado. Nadie apostaba por ellos, muy pocos creían en sus
posibilidades y es probable que casi todos los hayan subestimado demasiado.

Ellos llegaron. Creyeron en sí mismos y vale la pena reconocer que
tuvieron ciertas virtudes que explican porque están donde están. La
primera es haber comprendido cabalmente como funciona el sistema. Ellos
sabían que sus talentos no eran tantos, pero que tendrían una
posibilidad y todo se trataba entonces de utilizarla con efectividad.
Fueron osados, siempre fueron por mas, no se conformaron con lo logrado
y dieron entonces otro paso más y luego el siguiente, hasta el final.

Pero lo más importante, es que no esperaron pasivamente que todo ocurra
casualmente, sino que se prepararon para tomar en sus manos la ocasión
adecuada y subirse a esa oportunidad que, sabían que surgiría. Solo
tenían que estar atentos, listos para explotarla al máximo, y así fue.

Es por esa misma razón que muchos no llegan. Bajan los brazos antes de
tiempo, se rinden porque las evidencias parecen abrumadoras y solo
incitan a someterse. Si la sociedad comprendiera esta simple dinámica,
si solo lograra entender el rol de las eventualidades, tal vez se daría
una oportunidad a sí misma y entonces los mejores, tendrían su chance
soñada.

Puede no aparecer nunca esa contingencia, pero también cabe la
posibilidad de que suceda y se abra esa ansiada puerta. Si no se está
ahí, en el instante justo, con la postura correcta, es probable que la
puerta se termine abriendo en vano sin que exista una segunda oportunidad.

El mañana es solo para quienes logren entenderlo. Para eso, resulta
imprescindible estar despiertos, pero también hacer todos los deberes
previos, ejercitarse, tener la gimnasia y los músculos entrenados.

El porvenir se define todos los días. En cualquier instante todo puede
dar un giro brusco en el sentido deseado. Si se está ahí, se puede ser
protagonista y así incidir para que el rumbo se modifique. De lo
contrario, siempre se estará en la vereda de los espectadores. La clave
es comprender la trascendencia de estar preparados.

Source: La trascendencia de estar preparados - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/53ce31933a682e1ad4f7fc9b#.U845qfmSwx4

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