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Tuesday, July 22, 2014

La prensa maltratada

La prensa maltratada
FERNANDO DÁMASO, La Habana | Julio 21, 2014

Para nadie es un secreto que la línea editorial de un diario responde a
los intereses de sus propietarios. En los países donde existe y se
respeta la libertad de prensa, los periódicos abundan, siendo tantos
como los distintos intereses que conviven. En los países donde ésta
brilla por su ausencia, con uno, dos o tres es suficiente, más que nada
para cubrir la forma, pues todos dicen lo mismo y defienden idénticos
postulados. El caso de Cuba es un buen "mal" ejemplo: Granma, Juventud
Rebelde y Trabajadores a nivel nacional, cada uno en su área de
influencia, cumplen un único objetivo: defender a ultranza el sistema
político-económico establecido.

En la Cuba republicana, con la mitad de la población actual, llegaron a
existir hasta 14 diarios nacionales: Diario de la Marina, El Mundo,
Información, El País, Excelsior, Prensa Libre, Mañana, Alerta, El
Crisol, Ataja, Tiempo en Cuba, La Calle, Diario Nacional y Noticias de
Hoy. También se editaban dos periódicos en inglés y tres en chino,
además de los que se realizaban en cada una de las seis provincias. Unos
salían por la mañana y otros por la tarde. Algunos incluían tiras
cómicas y de aventuras a colores, donde predominaban las fotografías,
como suplementos de los fines de semana. En sus ediciones dominicales,
los diarios multiplicaban sus páginas y llevaban gran cantidad de
anuncios publicitarios. Se vendían por cinco centavos durante la semana
y diez los domingos.

Esta variedad de diarios cubría todo el espectro social cubano, desde
las posiciones más conservadoras, representadas por el Diario de la
Marina, hasta las más radicales, representadas por Noticias de Hoy, el
diario de los comunistas. Entre uno y otro aparecía toda una variedad de
concepciones políticas, económicas y sociales. Algunos priorizaban las
noticias políticas y otros los sucesos. Todos dedicaban espacios a la
cultura y a los deportes, donde periodistas calificados tenían columnas
fijas.

En sus ediciones dominicales Diario de la Marina, El Mundo e Información
dedicaban amplios espacios a la literatura, la plástica, el teatro, la
música, el cine, la ciencia, entre otros temas, con artículos de fondo
escritos por prestigiosos intelectuales que no estaban obligados a
compartir la línea editorial. Hojeando viejos ejemplares, aparecen
artículos de importantes personalidades y periodistas como Enrique José
Varona, Juan Gualberto Gómez, Rubén Martínez Villena, Raúl Roa, Carlos
Márquez Sterling, Sergio Carbó, Jorge Mañach, Anita Arroyo, Emilio Roig
de Leuchsenring, Gastón Baquero, Felipe Pazos, Mirta Aguirre, Eladio
Secades, Edith García Buchaca, Alejo Carpentier, Agustín Tamargo,
Enrique de la Osa y otros muchos que harían la lista interminable y
demuestran la multiplicidad de opiniones. Cada ciudadano podía escoger
libremente la que más correspondiera a la suya propia, sin imposiciones
dogmáticas de ningún tipo.

Existían diarios que explotaban el sensacionalismo y la crónica roja
para vender más rápidamente sus ejemplares, y los que ofrecían las
noticias de forma más seria y mesurada, que eran los más. Los periódicos
se voceaban en las calles por los vendedores, utilizando como gancho
promocional la principal noticia de la primera plana, dejando siempre en
el aire una interrogante que obligaba a comprarlo, si se quería
conocerla completamente. Algunos ganchos célebres, por lo repetidos,
fueron: ¡Mira cómo lo cogieron!, ¡La golpeó y salió huyendo!, ¡Robó y se
tiró de un segundo piso!, ¡Entérate del escándalo!, ¡Aquí están todas
las pruebas!, ¡Mañana llega el ciclón! y otros.

Los principales puntos de venta eran las paradas de los ómnibus, donde
los ofrecían a los pasajeros a través de las ventanillas en rápidas
operaciones de compraventa. Además, existía la entrega a domicilio
mediante suscripciones o venta, más pausada y familiar, a través de
repartidores que recorrían los barrios. Se caracterizaba por la
puntualidad, lo que aseguraba que los diarios se recibieran antes del
desayuno o antes de la cena, según la edición fuera matutina o vespertina.

Después del año 1959, la prensa republicana tuvo un triste final,
primero con el invento gubernamental de las "coletillas",–breves textos
supuestamente redactados por los trabajadores "revolucionarios"que se
agregaban al final de los artículos e informaciones para rechazar las
opiniones expresadas– y, posteriormente, con la intervención y cierre de
los diarios.

La prensa republicana cubana, descalificada durante el último medio
siglo por los voceros del oficialismo, olvidando que prestó un
importante servicio en la defensa de los intereses ciudadanos y en la
crítica a los gobiernos de turno en todas las épocas, constituye un
motivo de orgullo y un ejemplo a imitar en estos tiempos, donde las
opiniones libres sólo son posibles en los pocos diarios independientes
que existen contra viento y marea, perseguidos y reprimidos por las
autoridades y cuya circulación está obstaculizada.

Source: La prensa maltratada -
http://www.14ymedio.com/opinion/prensa-maltratada_0_1600639922.html

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