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Wednesday, July 16, 2014

La prensa católica

La prensa católica
LUNES, 14 DE JULIO DE 2014 12:52 ESCRITO POR ROGELIO FABIO HURTADO

Cuba actualidad, Marianao, La Habana, (PD) La prensa católica salió a la palestra en Cuba en los últimos años de la década del 80, como un pequeño plegable donde el entonces Arzobispo Ortega exponía sus criterios respecto a hechos puntuales como el fusilamiento del general Arnaldo Ochoa y varios de sus compañeros, uno de sus mejores pronunciamientos.

Poco después, ya en el comienzo del llamado Periodo Especial, se presentaría Palabra Nueva, editada los primeros números por el experimentado periodista Andrés Rodríguez, y siempre dirigida por el amigo Orlando Márquez Hidalgo.

Por entonces, ya en Pinar del Río circulaba la Revista Vitral, auspiciada por el Obispo José Siro González Bacallao y dirigida por el activista Dagoberto Valdés. Tendría el honor de ser la primera publicación cubana hostigada por el MININT, tanto por la envergadura crítica de sus planteamientos editoriales como por la presencia en ella de temas y voces disidentes. Vitral acogió en sus páginas homenajes a personalidades literarias poco atendidas entonces por las publicaciones oficiales, como Dulce María Loynaz, Virgilio Piñera y José Lezama Lima.

Por aquellos años, posteriores al derrumbamiento del llamado campo socialista, surgió en la capital, como vocera del laicado habanero la revista Espacios, fundada por el joven poeta Eduardo Mesa y por Joaquín Bello, director del Equipo Para la Promoción Social del Laico (EPPAS).

Con Andrés Rodríguez como editor, Espacios contó con un núcleo de colaboradores voluntarios, que me honré integrar, junto a la crítica de arte Lázara Castellanos, la reportera Navia García Fabeiro, la escritora policiaca María del Carmen Muzio, el ensayista Julio Ramón Pita, el artista plástico Bayate, el incansable distribuidor Evaristo, Zoila, la esposa de Andrés, veterana periodista de Prensa Latina, el joven historiador Manuel Barcia y el informático Manuel Rodríguez, junto a otros valiosos colaboradores, como Rafael Pérez Pereira.

Nuestra redacción radicaba en la Casa Laical, en el Parque de Cristo. Salíamos trimestralmente, pero celebrábamos consejos semanales, verdaderos talleres de prensa, donde Andrés Rodríguez oficiaba como un auténtico maestro.

La presentación de cada número se realizaba acompañada de una conferencia con posterior debate, siempre acerca de algún tema de actualidad. Una de las últimas sirvió de marco para un recital del cantautor Pedro Luís Ferrer.

El salón de la Casa Laical fue propicio para conmemorar, con himno y bandera cubana, el primer centenario de la República.

Las portadas de la publicación eran verdaderos editoriales gráficos. Tras la salida de cada número, esperábamos, con cierta ansiedad, repercusiones. Pero a decir verdad, prácticamente nunca se produjeron, al menos de manera visible.

Contábamos con un asiduo lector, hombre de gran inteligencia, quien trabajaba en una institución estatal con acceso al Dr. Carlos Lage, entonces virtual Jefe de gobierno, a quien le hacíamos llegar un ejemplar. La información que el amigo Grillo nos rebotaba consistía en aquellos artículos que Lage mandaba a fotocopiar, nunca en comentarios expresos.

Nuestro segundo director, Joaquín Bello, se interesaba con los obispos para conocer cualquier criterio que pudiese llegarles a ellos por boca de la funcionaria Caridad Diego, al frente de la Oficina de Asuntos Religiosos del Comité Central del PCC. Los eclesiásticos se mantuvieron siempre herméticos al respecto. De hecho, avanzábamos a ciegas, por una casi imaginaria cuerda tendida en la oscuridad. Esto era difícil, pero estimulante.

No era secreto para nosotros que el Cardenal Jaime Ortega prefería tomar distancia respecto a Espacios, al extremo de rehusar asistir a nuestras actividades. Su revista era Palabra Nueva.

Nuestro asesor religioso, el inolvidable Padre Fernando de la Vega Benson, nos defendió y nos respaldó con firmeza frente a las periódicas vacilaciones timoratas de su Arzobispo.

Nosotros entendíamos el carácter más formal de Palabra Nueva, como voz de la Iglesia, pero nos veíamos como una suerte de guerrilla, dispuesta a aprovechar precisamente nuestra debilidad para abordar temas y criterios cada vez más independientes, con la idea de estar así ganando terreno mediante nuestras escaramuzas. Un lector cordial nos definía como disidencia light.

Suponíamos que cuando pasásemos la línea, nos pitarían la falta y entonces sabríamos a qué atenernos.

Sin embargo, no fue así. Sin explicaciones, en los primeros días de 2004, el Cardenal Ortega se presentó en la sede de la Conferencia Cubana de Obispos, donde trabajaba Joaquín Bello y le ordenó el cierre inmediato de nuestra querida Revista Espacios.

Me permito esta remembranza hoy, a modo de homenaje de reconocimiento a los intelectuales católicos Dr. Roberto Veiga Jr. y Lic. Leinier González, editores de la publicación Espacio Laical, quienes ahora, diez años después, parecen haber corrido la misma suerte.

Para Cuba actualidad: rhur46@yahoo.com

Source: La prensa católica | Cuba noticias actualidad.Periodismo independiente. - http://www.primaveradigital.org/primavera/politica/54-politica/11043-la-prensa-catolica.html

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