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Wednesday, July 23, 2014

La expulsión de los maestros repasadores

La expulsión de los maestros repasadores
JORGE ENRIQUE RODRÍGUEZ | La Habana | 23 Jul 2014 - 10:04 am.

Las sanciones contra profesionales pedagógicos empeoran todavía más el
sistema educacional. Existen aulas sin profesores y asignaturas sin
materiales de estudio.

Dos alumnos de la secundaria básica "Desembarco del Granma", en el
Reparto Eléctrico, que no habían reprobado el examen final de
matemáticas del recién concluido período escolar, fueron entrevistados
por metodólogos de la Dirección Municipal de Educación de Arroyo
Naranjo, supuestamente interesados en el hecho de que ambos recibían
sesiones particulares de repasos con el fin de optimizar sus
rendimientos académicos.

Ajenos al trasfondo de las preguntas de rigor, los dos adolescentes
confirmaron que dichas sesiones las asumía una maestra de la escuela
primaria "XX Aniversario del Desembarco del Granma" —también en el
Reparto Eléctrico—, y que sus padres pagaban por ellas. La maestra de
quinto grado Berta R. era de las antiguas; de aquellas que todo cubano
recordó con añoranza en cuanto el Estado cubano puso en práctica el
programa de maestros emergentes.

Sin embargo, después de la entrevista a los adolescentes, en un conclave
organizado por sus colegas de oficio y con la presencia de cuadros del
Partido, se determinó la expulsión definitiva de Berta R. del sistema de
enseñanza.

Pero, ¿por qué entrevistar a estos dos alumnos en específico? ¿Y por qué
la insistencia en indagar sobre sesiones particulares —y pagadas— de
repasos?

El origen de estas indagaciones puede ubicarse en el reciente escándalo
que se desatara como resultado de la filtración y trasiego del examen de
Matemáticas para matricular en la enseñanza universitaria. Escándalo que
activó una alarma en el Ministerio de Educación Superior, que ha
reiterado su caso omiso a evidentes señales sobre corrupción —y
oxidación— en las estructuras educacionales del país.

Así, del asunto de la filtración y trasiego de exámenes se pasó al
hostigamiento a maestras en activo que ofrecen servicios de repasos
particulares.

"Estas impugnaciones son contraproducentes con los hechos que vienen
sucediéndose en los últimos años", confirma Nila M., maestra titular de
sexto grado en la Escuela Primaria "Guillermo Llabre", en la Habana
Vieja. "Yo estuve varios meses repasando a cuatro alumnos de esta misma
escuela, que no tenían maestras titulares en sus grados, pero tuve que
abandonar estas sesiones extralaborales porque podía ser expulsada
definitivamente de Educación. Solo me hicieron una advertencia como
medida, por mis más de 20 años como maestra de primaria."

Cuando la cifra de reprobados en un examen sobrepasa el 35% por falta de
profesionales en el claustro de maestros, Berta R. se pregunta a quiénes
responsabilizar. "¿A los alumnos que durante casi todo el curso no
tienen maestras? ¿A los padres que no pueden darse el lujo de pagar los
servicios de una maestra repasadora?, ¿A las maestras que oportunamente
—que no oportunistamente— intentan capear el temporal repasando a
estudiantes de otros grados, asumiendo así responsabilidades que el
MINED no garantiza? ¿O al Estado que perpetua el relato de un sistema de
educación que, además de gratuito, es un ejemplo a seguir?"

Estas cuestiones no solo expresan la preocupación de maestras como ella,
sino que también atraviesan a la familia cubana toda.

Un ejemplo de la crisis del programa estatal de enseñanza es el hecho de
que los educandos que cursan el sexto grado de enseñanza primaria no
tienen examen final de Geografía (en su defecto realizan un trabajo
práctico) porque no existe material de estudio ni herramientas
actualizadas para impartir esta asignatura. El MINED no ha podido
garantizar siquiera mapas con la nueva división político-administrativa
cubana que se venden, sin embargo, en la tiendas Artex y, en ocasiones,
en pesos convertibles.

Los reportes de la secundaria básica Guido Fuentes, en el municipio
Plaza, tampoco dejan lugar a dudas sobre el descalabro del sistema de
enseñanza: solo en noveno grado reprobaron el examen final de
matemáticas 120 alumnos, de ellos 25 no lograron aprobar la asignatura
en las dos oportunidades siguientes —ni en la revalorización ni en el
extraordinario— y por ende, deben repetir el grado.

Ania Cabrera, madre de uno de los estudiantes repitentes alegaba que
durante todo el curso los alumnos no tuvieron maestros de matemáticas y,
muchas madres como ella no podían costearse los 5 CUC mensuales, que
representan el promedio que se paga por un repasador particular de
cualquier asignatura.

Existe, aunque las autoridades no quieran entenderlo así, una diferencia
obvia entre "comprar un examen" y "pagar sesiones particulares de repaso
con el propósito de sostener o elevar rendimientos académicos".
Diferencia que radica en la preocupación de la familia cubana por el
conocimiento y la instrucción real de sus hijos, ya sea gratuita o pagada.

Y, amén de la injusticia cometida contra los maestros sancionados, tales
medidas punitivas acarrearán más problemas. Como puede verse en el caso
de la maestra Berta R., pues su expulsión definitiva deja sin una
maestra titular el próximo curso escolar de la escuela primaria del
Reparto Eléctrico. La sustitución no está garantizada, y por ende habrá
de acrecentarse, para el nuevo curso, el mismo dilema.

Entristece la conclusión que deja de tarea al Estado un padre como Luis
Herrera, quien no puede darse el lujo de costear, para sus dos hijos, un
maestro particular: "Este es el verdadero costo de esa educación
gratuita del que nadie habla".

Source: La expulsión de los maestros repasadores | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1406102684_9624.html

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