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Thursday, July 17, 2014

Cuba Dice o Cuba Hace?

¿Cuba Dice o Cuba Hace?
IGNACIO VARONA, La Habana | Julio 16, 2014

Transcurrido un año del noveno Congreso de la Unión de Periodistas de
Cuba (UPEC), la prensa oficial hace balance de su trabajo. En el espacio
Cuba Dice del noticiero estelar, varios reporteros indagaron este martes
sobre cómo la población ve el papel de los medios nacionales. Las
respuestas mostraron inconformidad no sólo con la labor de los
periodistas, sino también con la falta de transparencia de instituciones
y organismos estatales.

La principal queja de la población reside en la pobre respuesta y escasa
solución de los problemas que ha tratado la prensa nacional. Según
refirieron varios de los entrevistados, las entidades desoyen las
críticas que se les hacen o responden con evasivas. Este problema no es
privativo del periodismo oficial, pues el secretismo y la falta de
autocrítica institucional afecta fundamentalmente al ciudadano.

Basta llamar a un ministerio para preguntar alguna información que
debería ser de dominio público, como el resultado de la última zafra o
la cantidad de consultorios médicos que tiene el país, para que
inmediatamente una voz al otro lado de la línea nos pregunte: "¿Y usted
a qué organismo pertenece?". La burocracia cubana se ha acostumbrado a
actuar sin rendir cuentas y el periodismo oficial ha sido, por décadas,
cómplice de esa situación.

El propio espacio informativo Cuba Dice es blanco también de fuertes
críticas que se centran en la falta de continuidad de algunos temas y el
estrecho marco de lo que se crítica o denuncia. "Siempre hablan de lo
mismo, que si el funcionario tal, que si el administrador más cuál,...
Nunca señalan al sistema como fuente de los problemas", refiere Víctor
Chapman asiduo televidente.

Una broma popular inspirada en el nombre del programa televisivo refiere
que "sí, ahora existe ya Cuba Dice, pero vamos a ver cuándo va a
aparecer Cuba Hace". De reproches como ese se defendió el subdirector de
Granma, Óscar Sánchez, quien aseguró que "a la prensa le toca decir,
denunciar, no le toca hacer; hacer le toca a otros".

"El periodismo cubano está siendo desafiado por una sociedad que se
descentraliza, especialmente por los cambios que está experimentando
nuestro socialismo", asegura José Alejandro Rodríguez, quien lleva la
sección Acuse de Recibo en el periódico Juventud Rebelde. Este
periodista publica cartas enviadas por lectores donde manifiestan
problemas que incluyen desde una fosa albañal rota en su barrio hasta la
pérdida de un bulto postal.

A pesar de todas estas limitaciones la prensa oficial se ha esforzado en
el último año por abordar temas más cercanos a la población y elevar el
grado de la crítica de sus materiales. Esta urgencia ha estado dada en
parte por la fuerte competencia que están representando los llamados
"paquetes" o "combos" con compilaciones de series, programas televisivos
y filmes, que circulan en el mercado informal. El aumento de los medios
independientes, la aparición de las nuevas tecnologías que han
potenciado el periodismo ciudadano y la denuncia cívica, espolean
también a los disfuncionales medios nacionales.

La disyuntiva para el periodismo partidista ha sido comenzar a tocar
ciertos espinosos asuntos o perder el control sobre la audiencia. Para
ello ha traído nuevos rostros a la pantalla chica, comentaristas
nacionales e internacionales más jóvenes, ha abierto programas de debate
y ampliado los temas de la anquilosada Mesa Redonda, que entre uno y
otro ataque a Estados Unidos, ahora desliza también especiales sobre el
cáncer, las adicciones o el nuevo código del trabajo.

Las cartas de los lectores del periódico Granma se han constituido en
espacio de catarsis sobre el mal trabajo de burócratas, funcionarios y
entidades estatales. Los límites de lo permitido quedan claros: nada de
cuestionamientos a la legitimidad de quienes dirigen el país, ni a la
viabilidad del sistema, las instituciones policiales, la Seguridad del
Estado, ni la política migratoria, las relaciones internacionales, las
inversiones extranjeras o la gestión del presupuesto nacional, entre
otros temas tabú.

La prensa oficial no puede desembarazarse de su principal limitación, la
de constituir una herramienta periodística subordinada a un poder
ideológico. De ahí que no pueda transitar la ruta del cuestionamiento a
las decisiones gubernamentales. Su labor es mantener el status quo, no
cambiarlo; justificar al poder, no colocarlo bajo el escrutinio público.
Por esa larga subordinación política y financiera al Partido Comunista,
ha perdido todo el carácter atrevido, reformador y cuestionador que debe
tener cualquier periodismo.

Source: ¿Cuba Dice o Cuba Hace? -
http://www.14ymedio.com/nacional/Cuba-periodismo-medios_de_comunicacion_0_1597640226.html

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