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Saturday, April 05, 2014

Transporte en Cuba - Avanzando para atrás

Transporte en Cuba: Avanzando para atrás
abril 4, 2014
Fernando Ravsberg*

HAVANA TIMES — En la organización del transporte de pasajeros Cuba puede
seguir haciendo lo mismo durante otros 50 años o estudiar las
experiencias de otros países y aplicar las que mejor se adapten a la
realidad nacional, sin necesidad de volver a inventar el fuego.

Especialistas del ministerio reconocen que las cosas nunca han
funcionado como Dios manda. Cierto es que durante los primeros años de
la revolución fue particularmente afectado por el Embargo de EEUU, dado
que es ideal para provocar descontento.

Pero hace ya muchísimo tiempo que los buses americanos e ingleses
dejaron de existir sin que la situación mejore. Ni siquiera con el
cuerno soviético de la abundancia, se contó con un sistema de transporte
de pasajeros capaz de satisfacer las necesidades de la gente.

Las colas en las paradas no son nuevas, me cuentan mis amigos que ir a
la playa en los años 70 u 80 era una odisea y regresar implicaba dar una
batalla campal de gritos, insultos y hasta empujones para abordar los
siempre escasos autobuses.

Cuando llegué a Cuba como enviado especial en 1989 -antes de que se
iniciase la crisis económica- me hizo gracia una valla enorme donde se
representaba un autobús cubano dentro del cual habían pintado el caos
del Guernica de Picasso.

En los buenos tiempos, el que tenía poder viajaba en automóvil y el que
tenía dinero en Lanchar, una compañía de taxistas privados que hacían
más o menos lo mismo que los actuales boteros. Mientras la gran mayoría
luchaba un lugar en las guaguas (1).

Los dirigentes del transporte no pudiendo arreglar el tema de los buses
decidieron ir al fondo: planearon la creación de un tren subterráneo.
Pero llegó la crisis económica y mandó a parar, dejando al metro en la
superficie, montado sobre "camellos" (2).

En los inicios de los 90 se acabaron las colas por primera vez en las
paradas pero fue porque era inútil esperar que apareciera una guagua.
Había buses pero faltaban combustible y repuestos, así que los equipos
volvieron a pudrirse en los parqueos.

El caos del transporte

Apenas hubo un poco de dinero o de crédito, el gobierno invirtió en
China cientos de millones comprando locomotoras, taxis, buses
interprovinciales y urbanos. Curiosamente decidieron adquirir muchos con
motores estadounidenses.

Traer una pieza de repuesto para un motor Caterpillar implica comprarla
clandestinamente en EEUU, trasladarla a Canadá, embarcarla a República
Dominicana o Panamá y desde allí a la isla. Un paseo que hace perder a
Cuba bastante tiempo y muchísimo dinero.

Pero el problema es aún más complejo, el Ministerio no solo es incapaz
de gestionar sus propias empresas, ni siquiera puede organizar a los
transportistas privados, que operan con más libertad de la que tendrían
en un país con economía de mercado.

Los "boteros" son los que utilizan un auto particular para mover
personas por una ruta fija. Es un negocio que deja una ganancia de más
de U$D 1000 al mes, suficiente para adaptarles a sus "viejos"
automóviles modernos motores diésel japoneses.

Cuba es uno de los pocos países en los que los choferes del transporte
privado deciden el horario de trabajo, las rutas que transitan y hasta
el precio del pasaje que debe pagar el usuario. Y todo lo hacen sin que
se les exija ni siquiera facturas de combustible.

Las autoridades conocen todo esto pero en vez de organizarlo, les ponen
multas impositivas para obligarlos a pagar más. Así cubren un poco las
pérdidas que le provocan al Estado pero dejan totalmente desprotegido al
usuario.

Aunque se repite una y otra vez que la cubana es una economía
planificada, en el caso del transporte de pasajeros conozco sociedades
capitalistas en las que las autoridades ejercen un mayor control,
organizando y fiscalizando a los empresarios del sector.

El Ministerio de Transporte no actúa a pesar de saber que los boteros
compran el diésel en el mercado negro a la cuarta parte de su valor y
que aun así cobran por un pasaje el equivalente a lo que ganan la
mayoría de los cubanos en un día de trabajo.

Por otra parte los accidentes se multiplican pero para ser botero solo
se exige un cursillo de una semana y los vehículos tampoco pasan
inspecciones periódicas serias para comprobar su estado técnico, tal y
como ocurre en muchas otras partes del mundo.

Los choferes de autobuses, los famosos "guagüeros" de Cuba, arengan cada
día a los pasajeros de sus vehículos con una frase que podría
convertirse ya en la consigna del transporte público de Cuba: "¡adelante
compañeros, sigamos avanzando, demos un pasito más para atrás!".
——
(*) Visita el blog de Fernando Ravsberg.

Source: Transporte en Cuba: Avanzando para atrás - Havana Times en
español - http://www.havanatimes.org/sp/?p=94914

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