La triste historia de un obrero viejo

La triste historia de un obrero viejo
Cuenta solo con el apoyo de su familia, y con su mujer por más de
cuarenta años. Sin esperanza de una vivienda digna: Lo ha perdido todo
miércoles, abril 9, 2014 | Marcia Cairo

LA HABANA, Cuba.- Hace más de tres años que la casa de Teresa Rodríguez
Martínez y Jesús Pino Lleverías, ubicada en E entre 27 y 29, en el
Vedado, fue totalmente demolida. Son una pareja de octogenarios que han
tenido que ir a vivir a casa de una hija, con sus respectivos muebles.
Los otros dos integrantes del núcleo familiar han tenido que quedarse en
otro lugar provisionalmente.

Antes de la demolición, los ancianos firmaron un papel, donde expresaba
que se les asignaría una vivienda de tránsito, lo que nunca ocurrió. Se
apeló a los diferentes "niveles", incluso se envió una carta al Consejo
de Estado, pero nunca se llegó a dar una solución definitiva. Pelotearon
a la hija una y otra vez. Esto ocurrió en 2011.

La historia del derrumbe es algo vieja, pero vale la pena recordar los
hechos:

Osvaldo Cabrera, vecino y ex convicto por tráfico de dólares en los
80´s, fue el que provocó el derrumbe de la vivienda, construida en 1920.
Aunque no se encontraba en buenas condiciones, él se puso a hacer
arreglos –sin el criterio de arquitecto alguno– y decidió quitar el
capitel de una columna de carga. Esto provocó un derrumbe parcial del
inmueble. El estruendo fue tal que al poco rato vinieron los bomberos y
sacaron a dos miembros de la familia con una soga por una ventana
trasera del edificio. La hija – una de las personas atrapadas- cayó en
shock y fue ingresada en el hospital Fajardo por casi tres semanas.

Los viejitos tuvieron que ir a residir con la otra hija que vive en el
municipio Playa. Después del dolor de perder su casa, han tenido que
cambiar todas sus costumbres y adaptarse a salir muy poco, pues la
señora tuvo una fractura de cadera y su esposo una isquemia. Por lo que
no gozan de muy buena salud.

La segunda parte de la historia es irónica. Resulta que este mismo
vecino hizo una restauración del portal y de la azotea donde estaba la
casa original, y solicitó un emplazamiento, que no es otra cosa que
quedarse con el portal que quedó de la casa demolida, por lo que hubo
dos demandas legales para evitar su "descaro", que sin respetar las
leyes sigue haciendo uso del espacio que no le pertenece. Ha colocado,
incluso, mesas con productos de limpieza y otras mercancías para vender.

Nunca ha habido una preocupación por la salud de estos ancianos, por
parte de su policlínico Héroes del Moncada; solo una vez llamó por
teléfono una doctora diciendo que se realizaría una visita para un
posible chequeo médico. Pero definitivamente nunca apareció. De esto
hace dos años.

Hace poco, la hija que los acogió se enteró de que habían sustituido a
todo el personal de Vivienda de Tránsito (albergue), y además que el
expediente fue engavetado, sin proceder a darle curso. Los nuevos
trabajadores tampoco se han ocupado de realizar ninguna acción.

Pero lo más interesante de este caso es que Jesús Pino Lleverías, en su
época activa, fue un obrero ejemplar y fundador del Ministerio del
Turismo, otrora INTUR. Dando su paso al frente en las Milicias
Revolucionarias, en zafras y cuanta actividad surgiera para dar
fortaleza a la Revolución, quedó al final de su vida sin un asidero,
contando solo con el apoyo de su familia, viviendo con su compañera por
más de cuarenta años, como un acogido y sin esperanza de una vivienda digna.

Cosa curiosa: frente al apartamento donde viven ahora, hay un antiguo
"medio básico" (construcción propiedad del estado en calidad de
préstamo) que estuvo vacío por muchos años, siendo oficinas por un
tiempo. Hace poco se lo entregaron como domicilio permanente a un
funcionario del Ministerio de Turismo.

Aun así, y con más motivos, puedo constatar que cuando alguien ha dejado
de rendir, es viejo y ya no produce, es aún menos que nada para esta
sociedad ¿socialista?

Source: La triste historia de un obrero viejo | Cubanet -
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