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Saturday, April 13, 2013

Una estrella en La Habana

Una estrella en La Habana
[13-04-2013]
Mario Hechavarria Driggs

(www.miscelaneasdecuba.net).- Caminando por la calle Salud rumbo a la
calzada de Infanta, en dirección opuesta a mi destino aparece un
conocido, arrastrando una carretilla con varias mercancías en oferta:
Aromatizante para baños, Desincrustante y sobre todo Cloro, productos de
muy alta demanda en La Habana desde que las autoridades sanitarias
iniciaron una campaña con el objetivo de impedir la extensión del Cólera
entre los capitalinos.

El muchachón me saluda con la novedad del momento: ¡Beyoncé está en el
Saratoga! Yo le contesto que ayer pasé frente al hotel, por cierto con
algunos cordones de seguridad en la entrada y gente esperando por ver
asomarse a la bellísima actriz y cantante, pero no tuve paciencia para
quedarme.

El vendedor detiene su trabajo y continúa hablándome con sus grandes
ojos bien abiertos: Se armó la tremenda cuando Beyonce salió al balcón y
empezó a tirar billetes de a diez y veinte dólares. Ya tú sabes, la
piñacera, con intervención de la policía que no podía controlar el
tumulto. Intrigado, le pregunto: ¿Tú estás seguro de esto? ¿Tú lo viste?

¡Claro que sí, fue tremendo!... Mira, le reitero, ¿entonces te empataste
con algún "cabezón"?: No compadre, era imposible meterse en aquel
tumulto. Reafirmando su información, mi interlocutor argumenta:
¡figúrate!, ella es millonaria y le resulta fácil sacar de un banco
cualquier cantidad de dinero y regalárselo a la gente.

Dejo al hombre ofertando sus mercancías a viva voz y claro, para nada
creo en esa historia de monedas al aire. Aclaro a mis lectores no
cubanos que llamamos "cabezones" a los billetes americanos por las
figuras melenudas de algunos de los padres fundadores de los Estados
Unidos, representadas en su papel moneda.

Encuentro en mi camino un teléfono público y pregunto a un amigo con
domicilio cercano al Saratoga, aclarándome al respecto: Alguna batalla
callejera hubo, por aquello de la farándula, la gente intentando
tocarla, saludarla, pero de dólares al aire nada, nananina, te lo digo
porque vivo cerca y mi mamá no se pierde una noticia de la calle.
¡Claro!, agrega mi amigo, ella dio propinas que aquí asombran, dado el
tipo de turistas al que estamos acostumbrados.

Me sobresalta esa facilidad tan cubana para armar la telenovela, la
seguridad con que se reitera el rumor si confirmación alguna, escapando
a toda lógica. Es como si necesitáramos creernos ciertas cosas,
escapando de la realidad y viviendo, por momentos, la esperanza de los
billetes cayendo desde el balcón de un hotel, así de simple, al alcance
de todos.

La exageración, el mentir a sabiendas, la credulidad, marcan ciertos
aspectos negativos de nuestra cultura. Es tiempo de pensar en ello
cuando dejamos a un lado la hora del entretenimiento televisivo,
intentando abarcar la dura realidad y comprenderla en sus múltiples
dimensiones.

Por cierto, la telenovela cubana de turno aborda la historia de un
mítico pueblo donde del cielo cayeron billetes "de a cien". Evito la
crítica artística, sólo señalo que es una telenovela, una ficción con
determinadas intenciones moralistas. Si resulta entretenida y algo más
nos enseña, bienvenida sea. Ahora bien, no olvidemos que se trata de un
culebrón.

Asunto aparte es Beyoncé en La Habana, cuando la mayoría de los
estadounidenses deben ocultar su presencia temporal entre nosotros,
prohibida por el cuerpo legal que allá llaman Embargo y aquí Bloqueo.
Resulta que si eres una celebridad no hay problemas a la hora de
exhibirte en La Habana, aun siendo ciudadana de los Estados Unidos.

Tengo amigos en California con miedo a enviar una mínima ayuda a Cuba
porque podrían ser encausados según las leyes de su país. Recordando lo
que desde las alturas puede caer, no olvido una última versión de
Batman, donde Jack Nicholson, siempre magistral en sus interpretaciones,
representando a un Joker, reparte dólares desde un Globo a la multitud
enardecida que en la calle intenta capturar los billetes verdes.

El famoso artista también visitó La Habana, compró puros habanos y
volvió a casa sin problemas.

Finalmente sabemos que Beyoncé Giselle Knowles vino con el permiso del
gobierno Americano y que saldrá ilesa frente a la justicia de su país,
aunque dos congresistas cubanos americanos clamaron contra ella, por su
viaje a La Habana, los gastos en un hotel propiedad del estado cubano y
otras visitas en la ciudad, entre ellas a los conjuntos artísticos La
Colmenita y Danza Contemporánea.

Esperando finalmente que esta estrella norteamericana, no tenga
problemas, vienen a mi mente algunas frases de una canción casi olvidada
de Carlos Varela:

"En la escuela me enseñaron que en el Apartheid,

No todos son iguales y no importa la ley;
Por eso me molesto con las cosas que veo,
Escúchame brother, ¡Fuck con tu bloqueo!
Pero entiéndelo men, ¡tómalo como quieras!,
La política no cabe en la azucarera,
La política no cabe en la…

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=39044

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