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Friday, April 26, 2013

Para qué queremos los cubanos la CELAC?

¿Para qué queremos los cubanos la CELAC?
Miércoles, 24 de Abril de 2013 04:01
Escrito por Julio Antonio Aleaga Pesant

Cuba actualidad, El Vedado, La Habana, (PD) Miguel Díaz-Canel y Bruno
Rodríguez recibieron a la troika de cancilleres de la Comunidad de
Estados de América Latina y el Caribe (CELAC).

De paso, supongo, excusaron al general-presidente por no atender
debidamente a los excelentes visitantes, debido a cualquier razón, como
pueden ser las "ingentes tareas del país en la defensa y la producción",
o algo así como "ya estoy muy viejo para esa bobería". Me alegra la
excusa. Tampoco creo en la CELAC.

Los ministros de Exteriores Alfredo Moreno (Chile), Enrique Castillos
(Costa Rica) y Pierre-Richard Casimir (Haití) -este último invitado por
presidir la Comunidad del Caribe (CARICOM)-, llegaron a La Habana por el
interés de sus Gobiernos de trabajar en la consolidación de la CELAC,
afianzando el concepto de región unida en la diversidad, comprometida
con avanzar en la integración sobre la base de la solidaridad.

Pero, ¿el Gobierno de Cuba representa a sus ciudadanos? Raúl Castro Ruz
fue elegido en unas elecciones en las que solo podían ser elegidos los
autorizados por un partido único, que controla además las Fuerzas
Armadas y la Seguridad del Estado. Entonces, su legitimidad es al menos
discutible. Ese es el primer problema de la CELAC: Olvida los intereses
del ciudadano cubano.

Que conste: Estamos de acuerdo con la soberanía de los Estados y con la
no intromisión en los asuntos internos. Pero, ¿es necesario integrar, en
condiciones de igualdad, a una dictadura al concierto de las naciones
democráticas, en pleno siglo XXI?

Un elemento expuesto por los dictadores cubanos para justificar la
unidad continental y enyugarnos a Latinoamérica, es el idioma común, el
castellano. Para Cuba, esa razón no es suficiente. La mayoría de las
naciones latinoamericanas son multiétnicas y multinacionales, con
complejas y sofisticadas visiones antropológicas, que van desde el
racismo implícito en esas sociedades contra el indio local, hasta la
supremacía blanca de los emigrantes recién llegados. Eso no tiene que
ver con nosotros. Pero además, en contraposición, la Unión Europea es un
soporte multilingüe y multicultural, pero unido en un proceso: La
aceptación de la democracia y el respeto a los derechos humanos. ¡Así de
fácil!

A Cuba, como nación, no le conviene acercarse a América Latina por
intermedio de la CELAC, como a los kelpers de las islas Falkland no les
interesa unirse a Argentina, en el estado actual de cosas. En ambas
situaciones se haría un trasvase de populismo, ingobernabilidad y
retórica vacía hacia los archipiélagos, propia a la esencia de la clase
política latinoamericana.

Cuando Cuba esté lista, supongo, reingresará a la Organización de
Estados Americanos (OEA), si antes José Miguel Insulza no acaba con
ella. Por supuesto, será después de que los Castro y su mal ejemplo se
vayan de este reino. Una OEA sin la retórica caliente de Castro y Chávez
estará más a tono con los objetivos hemisféricos.

Por mucho que Mirta Granda, la Coordinadora de la CELAC en el Minrex,
nos venda el farol de la unidad con esta organización a través del
establecimiento del Grupo de Trabajo para la Educación y temas que
azotan al área, como la violencia, la droga y la criminalidad, cosas de
las que Cuba es aparentemente un oasis, el poco interés demostrado por
los Gobiernos latinoamericanos para promover la democracia y el libre
mercado en Cuba a lo largo de medio siglo, los descalifica ante el
ciudadano cubano.

Ese cubano ve bien que los países latinoamericanos y caribeños de la
CELAC mantengan relaciones diplomáticas, comerciales y políticas con el
Estado militar, pues esto es parte de las negociaciones para avanzar
agendas y proyectos, y puede facilitar la diplomacia pueblo a pueblo.
Pero otra cosa es la desfachatez con la que nos aplican políticas
segregacionistas, como en los casos del presidente de Ecuador, Rafael
Correa, y de México, Peña Nieto, entre las más recientes
discriminaciones, de la cuales el canciller Bruno Rodríguez es cómplice,
por no denunciarlas y por omisión en la gestión de representar al
ciudadano cubano en el exterior.

Para Cuba actualidad: aleagapesant@yahoo.es

http://primaveradigital.org/primavera/component/content/article/117-politica/7212-ipara-que-queremos-los-cubanos-la-celac-.html

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