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Saturday, April 13, 2013

"Open Letter": la carta cubana de Jay-Z

"Open Letter": la carta cubana de Jay-Z

No ganará un Grammy, pero, tras el revuelo desatado por su visita con
Beyoncé a La Habana, el rapero se apunta un éxito de mercadeo.
Rolando Cartaya
abril 13, 2013

Shawn Carter, también conocido en el mundo del hip-hop como Jay-Z, podrá
ser cualquier cosa, pero nadie le puede negar una innata habilidad para
hacer dinero.

En el pasado, como muchas figuras célebres del género, se dice que lo
hizo en el bajo mundo, distribuyendo cocaína en Brooklyn. Después de que
descubriera su talento para el rap, se convirtió en uno de los artistas
y empresarios de hip hop financieramente más exitosos de Estados Unidos.

Productor, empresario y actor ocasional, en 2012 la revista Forbes
estimó su patrimonio neto en cerca de $500 millones. Ha vendido casi 50
millones de discos en todo el mundo, y recibió diecisiete premios
Grammy. Además es propietario minoritario del equipo de baloncesto de la
NBA Nets de Brooklyn, aunque podría vender sus acciones para convertirse
en agente deportivo. Se rumora que representará al dominicano de los
Yankees de Nueva York Robinson Cano.

Con ese olfato para el dinero, Jay-Z se ha empinado sobre la cresta de
la ola de su fama cubana –dos congresistas cubanoamericanos, Ileana
Ros-Lehtinen y Mario Díaz-Balart, cuestionaron la legalidad de su
reciente viaje con su esposa Beyoncé a Cuba—y ha divisado una manera de
revolver más el río y sacar más ganancias.

El medio para ese fin es un tema que grabó poco después de su regreso de
la isla en el que sugiere que tenían permiso de la Casa Blanca para
viajar a la isla, y que el mismísimo presidente Obama sabía del viaje,
aunque le advirtió.

"Open Letter" fue grabado en una noche y enviado con urgencia --a las
7:45 de la mañana del siguiente día—al sitio web de Carter, "Life + Times".

La pista contiene algunas constantes de las letras del género como el
regodeo en el mundo del crimen: ("Cada vez que creen que me tienen les
cambio el plan/ pongo algo a prueba de balas, monitoreo sus radios/ Y
fornico hasta que nos lo prohíban"); y la violencia como método
("Ustedes parece que quieren iniciar una revolución / Saben que cuando
me siento acorralado, empiezo a disparar"), así como una profusión de
palabras soeces (ver la letra original en inglés).

Jay-Z también atribuye la reacción de los políticos por su viaje a Cuba
a una venganza contra el pobre chico del vecindario por su éxito
económico ("Si ganas mucho dinero tratan de torpedearte").

Una prosperidad de la que alardea exhibiendo sus más recientes logros:
un contrato de su firma Roc Nation con Universal Music Group ("Me dieron
una 'cebolla' [una onza de droga] en Universal, la leí y lloré"), y su
posible incursión en el negocio de la agencia deportiva, para la cual
niega que haya vendido su parte de los Nets ("Habría traído a los Nets a
Brooklyn gratis/ Pero hice millones con ellos, maldito fantoche/ Todavía
soy dueño del edificio, todavía tengo mi puesto/ Si compras esas
mentiras, mejor guardate el recibo").

El desprecio por el establishment político de Washington es otra de las
recurrencias del género que Carter vende bien en Open Letter: "Lo
siento, no estoy de acuerdo con su acusación/ Los políticos nunca
hicieron nada por mí / salvo mentirme y distorsionar la historia".

Por supuesto, para el rapero el presidente Obama es otra cosa. Jay-Z
recaudó fondos para Obama en las elecciones presidenciales de noviembre
pasado, y Beyoncé cantó el Himno Nacional durante la juramentación del
presidente.

Una relación personal que no fue óbice para que el artista la usara como
ingrediente de la "gran enchilada" de su tema: establecer una sospecha
de que, aunque Obama le advirtió, la Casa Blanca bendijo su viaje de
aniversario de bodas a Cuba: ("El chico del barrio tenía permiso de la
Casa Blanca"… "Obama dijo 'Refresca, que me vas a buscar un juicio
político'. Pero tú de todos modos no necesitas esa porquería. Refréscate
conmigo en la playa").

Las menciones a la mansión de Pennsylvania Avenue y su principal
inquilino fueron de inmediato reflejadas por la prensa, lo cual motivó
una rápida y tajante aclaración del portavoz presidencial, Jay Carner:

"Es sólo una canción" dijo el vocero. "Niego categóricamente que la Casa
Blanca, el presidente o el resto del personal tuvieran nada que ver con
los viajes de nadie a Cuba", subrayó Carney, a la vez que orientaba una
y otra vez al "press corps" a indagar en el Departamento del Tesoro,
dependencia que concede las licencias especiales legales para viajar a
la isla, incluidos los llamados viajes de intercambio cultural "de
pueblo a pueblo".

(Una respuesta de la Tesorería a los congresistas indica que Jay-Z y
Beyoncé viajaron a Cuba bajo esa última categoría de licencia).

La Casa Blanca, desde luego, tiene el deber de preservar y hacer cumplir
las leyes de Estados Unidos, que prohíben a los estadounidenses gastar
su dinero en Cuba en actividades turísticas, al menos hasta que se vea
un tránsito claro a la democracia.

Pero para Jay-Z violar esas disposiciones no es delito: ("¿Quieres
mandarme a la cárcel y multarme? /Entonces deja que cometa un verdadero
crimen/ Podría comprar un kilo [de droga] para [el rapero adolescente]
Chief Keef/ Por despecho, podría inundar [con ella] las calles").

Y la opresión que viven los cubanos tampoco le quita el sueño. La actriz
negra Stacey Dash, (The Cosby Show, Fresh Prince of Bel Air, CSI,
Clueless) colgó en Twitter este mensaje:

"¿No les importa que los Jay Z"s hayan tomado el capital que ustedes les
dieron para financiar un opresivo régimen comunista?"

El rapero expone que eso que dicen del comunismo es "confuso", y le
contesta a la actriz con el proverbial maltrato a las mujeres que
exhiben muchos cultores norteamericanos del hip-hop: ("Estoy en Cuba, me
encantan los cubanos/ Pero esto que dicen del comunismo es muy confuso/
cuando el micrófono que estoy usando es hecho en China... Eres una
idiota, nena, deberías estudiar. Oh, pero hoy vas a aprender ¿Dónde
diablos has estado? El mundo está bajo una nueva administración: es el
nuevo modelo").

"Open Letter" difícilmente ganará un Grammy, pero sí ganaría fácilmente,
si existiera, un Oscar al mejor mercadeo de un artista.

Ahora que, si de hip-hop se trata, me quedo con Los Aldeanos.

Rolando Cartaya

rcartaya@ocb.ibb.gov

Rolando Cartaya (La Habana, 1952) Graduado de Periodismo, Universidad de
La Habana 1976. Ha trabajado en la página cultural de Juventud Rebelde,
la agencia UPI, el servicio Worldnet y como editor de las revistas
"Newsweek", "Discover" y "Motor Trend" en español. Ha traducido más de
20 libros para la editorial cristiana Thomas Nelson, Inc. Con Radio
Martí desde 1989, ha sido editor, redactor, reportero, y director y
guionista del programa "Sin Censores ni Censura". Actualmente trabaja en
martinoticias.com. Fue vicepresidente en la isla del Comité Cubano Pro
Derechos Humanos.

http://www.martinoticias.com/content/article/21470.html

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