Pages

Monday, April 15, 2013

No hay para todos al mismo tiempo

No hay para todos al mismo tiempo
Lunes, 15 de Abril de 2013 03:16
Julio César Álvarez

Cuba actualidad, Santos Suárez, La Habana, (PD) En una entrevista que le
hicieron, el destacado crítico literario, ensayista, editor y guionista
de cine cubano Ambrosio Fornet hacía alusión al momento en que dejó de
frecuentar El Carmelo.

Ello ocurrió en los primeros años del triunfo revolucionario, cuando
muchos lugares exclusivos, como el propio Carmelo, perdieron dicha
exclusividad y se convirtieron en locales frecuentados por quienes hasta
hacía poco tiempo no poseían los recurso necesarios para sentarse allí.

Decía Fornet: "En El Carmelo ocurrió un fenómeno curioso, y es que en un
lapso de dos o tres años el lugar se trasformó, se hizo popular y hubo
que empezar a hacer colas para conseguir una mesa. En ese momento
dejamos de ir. O por lo menos yo dejé de ir. Había caído la pared
invisible—como diría el escritor afronorteamericano James Baldwin— y
ahora todo el mundo tenía acceso a ese lugar hasta entonces tan
exclusivo. Baldwin se refería a la auto represión del individuo, la
violencia que una persona ejerce automáticamente sobre sí misma al
interiorizar determinadas normas sociales que lo discriminan y excluyen.
"Nadie me ha dicho que yo no pueda entrar al hotel Waldorf-Astoria",
decía Baldwin más o menos, "pero hay allí una pared invisible que me
impide entrar". Esa pared tiene siempre un letrero, igualmente invisible
para los demás, que dice en letras grandes: Esto no es para ti. Pues
bien, cuando se desplomó el muro de El Carmelo y el ciudadano común, de
todas las procedencias sociales y colores, se dio cuenta de que podía
entrar y sentarse a una mesa y ser atendido por un obsequioso camarero,
impecablemente vestido, entonces las reglas del juego cambiaron: los que
íbamos allí dejamos de ir, porque nos negamos a hacer la cola, y los que
nunca habían podido ir ocuparon nuestro sitio. Mesas para todos—para
todos al mismo tiempo—no había".

Decididamente, el ciudadano común de todas las procedencias y colores
del que hablaba Ambrosio Fornet, hace mucho tiempo que volvió a quedarse
sin las mesas y sin la atención de un obsequioso camarero,
impecablemente vestido.

Vuelven a sobrar las mesas en los mismos lugares exclusivos. Las colas
que ahuyentaron al crítico han desaparecido también de esos lugares. La
pared invisible aún está ahí, y el "eso no es para ti" resuena en los
oídos de la mayoría de los cubanos, que aunque tengan el teórico derecho
de entrar, no tiene en la práctica con qué pagar.

Aquella utopía de que habría de todo para todos, al mismo tiempo, fue un
espejismo efímero, que le hizo creer a muchos que con la riqueza ajena
podríamos llegar a construir la anhelada sociedad comunista.

Pero todo volvió a la misma simplicidad de antaño, sólo que los
burgueses fueron reemplazados por los proletarios adinerados, esos que
"cambiaron el aguardiente por el vino importado, la cerveza por el
whisky escocés, el apartamento por el condominio cerrado, y las rondas
en el bar por las recepciones y las fiestas suntuosas", como diría un
teólogo brasileño de aquellos que dicen ser revolucionarios, de
izquierda, o como se llamen, y que se olvidan al instante de donde
provienen.

Tenía razón Ambrosio Fornet: para todos al mismo tiempo no hay.

Para Cuba actualidad: ajuliocesar68@gmail.com

http://primaveradigital.org/primavera/cuba-sociedad/sociedad/7088-no-hay-para-todos-al-mismo-tiempo-.html

No comments: