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Sunday, April 14, 2013

Llagas, miserias y desvergüenzas

Llagas, miserias y desvergüenzas
Lunes, Abril 15, 2013 | Por Julio Cesar Álvarez

LA HABANA, Cuba, abril, www.cubanet.org -El pasado reciente de abusos,
maltratos y humillaciones en las prisiones cubanas parece no haber
existido nunca, según mostraba un reportaje aparecido en la prensa
oficial de Cuba, el miércoles 10 de abril.

No se trata de desconocer, a todo trance, alguna que otra posible mejora
en las prisiones de la Isla. De lo que se trata es del intento siempre
presente de los hipócritas del gobierno y de la prensa oficial por negar
las miserias y crueldades que siempre han imperado en las cárceles.

La costumbre de no lavar los trapos sucios en la plaza pública, sino en
familia, ha sido una constante en todos estos años de "revolución".
Reprimir la denuncia y acallar las críticas ha sido el detergente idóneo
para que los trapos luzcan siempre sospechosamente limpios.

Denunciar las pajas en el ojo ajeno y cubrirse los propios con gafas de
sol, también ha sido una constante del régimen, que unida al eterno
vicio de culpar al embargo norteamericano, le ha servido para engañar y
manipular a la opinión pública.

La afirmación de la teniente coronel Sara Rubio Valdés, directora de la
Cárcel de Mujeres, de que el embargo atenta contra el sistema
penitenciario cubano, y que la actividad delictiva en el país sería
menor si el gobierno de los EEUU lo eliminara, es una prueba ridícula y
escandalosa de los subterfugios a que apela el régimen.

Los golpes, los maltratos y las humillaciones nada tienen que ver con el
embargo. Tampoco las golpizas con palos de marabú y con cabillas de
acero entizadas con tela. Ni las golpizas con manoplas de acero, y con
casquillos de acero en las botas rusas calzadas por los pies de los
carceleros.

El traslado de los reclusos por delitos políticos a cientos de
kilómetros de sus familiares, con un transporte público colapsado, nada
tiene que ver con el embargo, el cual mucho menos es responsable de las
celdas tapiadas y oscuras, de los colchones con chinches, de los
alimentos en mal estado, de las ilegalidades de todo tipo contra los
reos cometidas por los uniformados.

Es hora de que junto con las pretendidas reformas se muestre también un
poco de sinceridad, se admita la culpa, y se empiecen a lavar los trapos
en la plaza pública.

El segundo jefe de la Dirección de Prisiones, coronel Osmani Leyva
Ávila, quien lleva 25 años en esa institución, conoce muy bien su
pasado, diferente al que se muestra ahora. Pero desmentir el informe
oficial sería contradecir las palabras del caudillo, quien, para
sorpresa de todos los reos maltratados de esta isla, afirmó: "En Cuba
jamás se ha maltratado a un prisionero".

Desmentir eso requiere valentía. Significa renunciar a las prebendas y a
la protección que tienen asegurados los cómplices. Y es muy poco
probable que algún funcionario del régimen muestre el valor y la
vergüenza suficientes para hacerlo.

http://www.cubanet.org/articulos/llagas-miserias-y-desverguenzas/

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