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Saturday, April 06, 2013

Juntémonos de una vez

Juntémonos de una vez
Jueves, 04 de Abril de 2013 11:51
Escrito por Oscar Sánchez Madan

Cuba actualidad, Cidra, Matanzas, (PD) La imprescindible unidad de los
integrantes de la oposición pacífica cubana tiene que materializarse
cuanto antes. Lo exigen las condiciones de esclavitud moderna en que ha
sobrevivido nuestro pueblo las últimas cinco décadas.todos

Para lograr este propósito es necesario que las agrupaciones disidentes
se deshagan de los mismos factores negativos que empañaron la lucha
emprendida en el siglo pasado por los próceres de nuestra independencia:
el caudillismo, el regionalismo, el protagonismo y la creencia de que
unos u otros son dueños de la verdad.

Cuba necesita cambios radicales para que los nacionales disfruten de los
derechos y las libertades que son más que sagrados en los países donde
imperan regímenes democráticos. Las esferas económica, política y social
están inmersas en un singular inmovilismo que obliga a realizar urgentes
transformaciones.

Es más que notable el hecho de que los disidentes, quienes en las
últimas décadas han expuesto el pellejo para demostrar sus verdades,
coinciden en la necesidad de que en el país se emprendan cambios
profundos. Hasta la misma iglesia católica y la concertación cristiana
Pastores Por el Cambio se han pronunciado en este sentido. Pero lo
cierto es que muchos de ellos no se ponen de acuerdo a la hora de
responder estas esenciales interrogantes: ¿Cómo realizar los cambios?
¿Qué hacer para materializarlos?

En esta necesaria empresa lo primero es garantizar la unidad -en la
diversidad- de la mayoría de los actores que trabajan para edificar una
nueva Cuba, próspera y democrática.

Ninguna coalición prevalecerá mientras se fundamente en la imposición de
ideas, no se consulten desde la base las estrategias a implementar y los
autodenominados demócratas no practiquen el diálogo respetuoso.

De lo que se trata es de crear, en lo posible, un rostro único de la
disidencia que arrastre a la ciudadanía a apoyar a futuros gobiernos que
respeten los derechos individuales consagrados en la Declaración
Universal de Derechos Humanos, que sepan escuchar al pueblo y tener en
cuenta sus necesidades.

Si quienes trabajan para alcanzar esa hermosa meta no son capaces de
escucharse a sí mismos y respetar o tolerar las opiniones y proyectos
diferentes, no podrán conducir a la nación al destino que realmente merece.

La referida unidad sólo se alcanza cuando los auténticos autores del
cambio centran su actividad en los asuntos medulares que los une y no en
las suplementarias diferencias que los separan.

Hay que saber negociar en la vida, sobre todo en la esfera de la
política, para lograr sanos propósitos. Para ello, son importantes el
pragmatismo y la humildad. Máxime si se tiene en el corazón a Cuba
primero y se piensa en el futuro bienestar de todo un pueblo que ahora
sufre las miserias engendradas por el castrismo.

Abogar por la libertad de todos los presos políticos, exigir la
ratificación de los pactos internacionales de derechos humanos,
modificar el extemporáneo ordenamiento político y jurídico vigente, el
reconocimiento y respeto a las minorías, etc., son algunos de los
asuntos que unen, no sólo a la disidencia, sino a todo el pueblo cubano.

Si esas ideas están claras y hay una población cansada de la pobreza, de
la miseria espiritual, de la falta de libertades, de las arbitrariedades
de un sistema policial y jurídico que mantiene en prisión a decenas de
miles de cubanos, entonces, ¿qué esperan los líderes de la disidencia
para conformar una fuerte coalición nacional?

¿Seguirán inmersos en la conveniente –para la dictadura castrista-
piscina del inmovilismo? Mientras eso sucede, miembros de grupos
opositores como la Unión Patriótica de Cuba, las Damas de Blanco, la
Comisión de Atención a Presos Políticos y Familiares, el Movimiento
Independiente Opción Alternativa, el Frente de Línea Dura y Boicot
"Orlando Zapata Tamayo", la Coalición Central Opositora, entre otros, se
inmolan en manifestaciones públicas reprimidas por la policía. Sus
activistas son víctimas de aborrecibles actos violentos que no siempre
son del conocimiento de la opinión pública internacional.

¡Qué diferente sería si la disidencia tuviera un rostro único que los
demócratas del planeta y el mismo pueblo cubano pudieran identificar con
facilidad y apoyar!

Una idea recorre hoy los círculos disidentes en toda Cuba. No es nueva,
pero ahora que el régimen castrista se debilita ante el incremento del
descontento popular, ha cobrado más fuerza que nunca. Dicho principio es
palabra de orden para cada demócrata consagrado a la causa del bienestar
de la nación: "Juntémonos de una vez".

Para Cuba actualidad: sanchesmadan61@yahoo.com

http://primaveradigital.org/primavera/component/content/article/117-politica/7009-juntemonos-de-una-vez.html

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