Embarazosa decisión

Embarazosa decisión
Miércoles, 24 de Abril de 2013 04:25
Escrito por Magela Lisama Rojas Delgado

Cuba actualidad, Centro Habana, La Habana, (PD) Pasar a formar parte de
la disidencia cubana no me resultó fácil. Era una decisión muy difícil
de tomar, en un país en el que la vida de un ciudadano o ciudadana, que
se opone a la ideología oficial, valen menos que la de un animal.

Conocí a mi novio, Gesse Castelnau Jorrín, mientras estudiaba en la
escuela "Antonio Guiteras Holmes". Cursaba yo, el primer año de estudios
en la especialidad de técnico medio en gastronomía.

Gesse era un joven muy simpático, de 18 años de edad, que vivía en mi
barrio. En una ocasión coincidimos en una fiesta y a partir de ahí
vinieron nuevos encuentros hasta que el destino y nuestras formas de ser
nos unió.

Un año después él se integró a una agrupación defensora de los derechos
humanos, la Comisión de Atención a Presos Políticos y sus Familiares. L
as arbitrariedades que cometía el gobierno contra la población, en
especial contra la juventud, le ayudaron a romper el silencio que había
mantenido hasta ese momento.

Yo tenía, entonces, 16 años. Con esa corta edad enfrenté una situación
muy difícil. Con mucha frecuencia, agentes del Departamento de Seguridad
del Estado y de la Policía Nacional, lo arrestaban. Su participación en
eventos de la emergente sociedad civil se incrementaba.

En cierta ocasión un grupo de disidentes se disponía a rendir homenaje a
los cuatro jóvenes pilotos de Hermanos al Rescate que fueron asesinados
por el gobierno, el 24 de febrero de 1996, cuando intentaban
solidarizarse con una amplia reunión de la oposición interna.

Gesse y otros miembros de la organización a la que pertenecía habían
acordado echar flores al mar, en el área del Malecón. Cuando llegaron al
sitio acordado, varios autos patrulleros llenos de agentes de la policía
llegaron en zafarrancho de combate. Los policías bajaron de los autos y
golpearon a todos los participantes en el homenaje. Acto seguido, los
arrestaron.

Al enterarme, realicé gestiones para denunciar este hecho ante la
opinión pública, y me esforcé por conocer el destino de los detenidos.
Sin darme cuenta, ya había tomado la difícil decisión que tanto temía.
No obstante, por mi corta edad, tanto mi novio, como mi familia no me
permitían incorporarme a la disidencia.

Fue a los 18 años cuando pasé a formar parte de la organización a la que
pertenecía Gesse. Jamás me he arrepentido de haber tomado esa decisión,
porque el ser humano que se respete a sí mismo, no puede vivir
eternamente, inmerso en la simulación y la mentira.

Para Cuba actualidad: zinahyashanti@gmail.com

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