Doble desgracia

Doble desgracia
Martes, 16 de Abril de 2013 00:27
Escrito por Frank Correa

Cuba actualidad, Jaimanitas, La Habana, (PD) Nélida Bustamante, vecina
de 3ª A número 20006 entre 230 y 232, en Jaimanitas, nunca olvidará la
muerte de su madre producto de un estúpido accidente doméstico, cuando
le explotó en la cara la cocina de keroseno y le ocasionó quemaduras de
las que no pudo recuperarse.

Con lágrimas en los ojos, Nélida recuerda el terrible dolor que la
embargó en esos días después de enterrarla. Un dolor que se volvió
agonía años después, cuando llegó el momento de exhumar sus restos.

Cuenta que para lograr la exhumación tuvo que ir varias veces al
cementerio, porque la empleada encargada de realizar el trámite primero
estaba de vacaciones y después con certificado médico. Nélida se quejó
por escrito a la dirección, tras lo cual autorizaron a otra persona para
que expidiera el documento.

La anciana fue exhumada, pero hubo que enterrarla nuevamente porque el
crematorio tenía problemas técnicos y no prestaba servicios hasta nuevo
aviso.

Apunta Nélida que el ataúd estaba muy podrido y rajado por todos lados,
y que cuando fueron a bajarlo de nuevo a la fosa, se desmoronó y cayó al
fondo. El maderaje casi se fusionó con otros viejos sarcófagos que
yacían abajo, en iguales o peores condiciones.

Nélida comenzó a gritar al ver aquella nueva desgracia ocurrida a su
madre, que ni después de muerta hallaba descanso. Como compensación, uno
de los sepultureros bajó al hoyo y recogió en una jaba de nylon restos
de la osamenta desparramada y mezclada con huesos de otros muertos.

Luego se los entregó a Nélida y le dijo que, aunque no era práctica
común del cementerio, iban a hacer una excepción con ella. Podía
llevárselos para su casa y cremarlos allá, para lo cual le explicó el
procedimiento.

Ya en su casa, los Bustamante hicieron una fogata en el patio y
procedieron según las indicaciones proporcionadas por el enterrador.

Tampoco tenían una caja de madera y guardaron las cenizas en un pomo de
cristal de boca ancha, que ahora Nélida guarda en un lugar sagrado de la
casa; dice que son las cenizas de su madre ligadas no sabe con quiénes,
ni con cuántos.

Para Cuba actualidad: frankcorrea4@gmail.com

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