Pages

Monday, April 08, 2013

De Montenegro a Santiesteban

De Montenegro a Santiesteban
Lunes, Abril 8, 2013 | Por Roberto Jesús Quiñones Haces

GUANTÁNAMO, Cuba, abril, www.cubanet.org -Carlos Montenegro y Ángel
Santiesteban no son los únicos escritores cubanos que han tenido la
desgracia de sufrir la cárcel; el último, dos veces.

Con apenas 19 años de edad, Carlos Montenegro fue condenado a catorce
años y ocho meses de cárcel por la comisión de un hecho sangriento en el
que murió una persona. Tuvo la suerte de conocer en la Pagaduría de la
cárcel a José Zacarías Tallet y entablar amistad con él. De esa relación
se afirma que surgió la vocación literaria de Montenegro. Allí también
conoció a Pablo de la Torriente Brau.

En 1928, luego de haber publicado en las revistas Social y Orto algunos
de sus textos, con su relato El renuevo obtuvo un premio literario
convocado por la revista Carteles, hecho que generó una ola de
simpatías hacia su figura y abundante solidaridad para con su situación.
Intelectuales de la talla de Emilio Roig de Leuchsenring y el propio
Zacarías Tallet, unidos a otros prestigiosos escritores y numerosos
periodistas, pidieron a Gerardo Machado que liberara al escritor forjado
en las entrañas de la sordidez y el enclaustramiento. Pero Machado se
negó. Montenegro salió de la cárcel a los 31 años de edad, cuando El
Machadato estaba herido de muerte.

Ángel Santiesteban Prats nació en La Habana, en 1965. En 1995 obtuvo el
premio "Luis Felipe Rodríguez", que otorga la UNEAC, en el género de
cuento, con su libro Sur: latitud 13. En el 2001 obtuvo el premio de
cuento "Alejo Carpentier" con Los hijos que nadie quiso, y en el 2006
el premio "Casa de las Américas" con su libro Dichosos los que lloran.

Desconozco si Santiesteban es responsable o no de los hechos por los que
ha sido sancionado. Tampoco soy su amigo. Escribo estas líneas desde mi
condición de simple miembro de la UNEAC, porque no considero que todos
los escritores e intelectuales de dicha organización estemos de acuerdo
con que alrededor del hecho exista un ominoso silencio.

Figuras descollantes de nuestra cultura, como Pedro Pablo Oliva y Pablo
Milanés, que han sido objeto de ataques desmesurados cuando se han
atrevido a expresar opiniones discordantes con las del gobierno y la
dirección nacional de la UNEAC, tampoco se han pronunciado al respecto.

La respuesta que hace unos meses la dirección nacional de la UNEAC
ofreciera a las tendenciosas acusaciones de un agente de la Seguridad
del Estado contra Reyna María Rodríguez y otros intelectuales cubanos,
no constituye una regla sino la excepción. Una vez más ha quedado sobre
el tapete el deplorable quietismo de gran parte de la intelectualidad
cubana, así como el miedo paralizante que le impide ejercitar los
valores que en cualquier lugar del mundo identifican a quienes trabajan
a favor de la cultura.

Si Santiesteban fuera responsable de estos hechos -que según he leído en
Cubanet, ocurrieron hace cuatro años-, en el Código Penal cubano existen
todos los presupuestos legales para impedir su ingreso en la prisión,
sustituyendo la sanción privativa de libertad por otra de menor rigor,
mucho más cuando se trata de un intelectual de prestigio, de una persona
de buena conducta moral y social, de un hecho cuya incidencia es
insignificante dentro del marco de violencia habitual que se vive en el
país y específicamente en La Habana .

Todos sabemos-incluidos quienes instruyeron el expediente, los fiscales
que solicitaron la sanción y los jueces que lo sancionaron- que
Santiesteban no es ningún antisocial. Es muy difícil admitir que en
nuestro país hay justicia cuando a un intelectual como él se le
encarcela, mientras quienes hundieron el remolcador "13 de marzo" y
provocaron la muerte de personas inocentes, entre ellas varios niños,
continúan impunemente en las calles.

Los que han encarcelado a Santiesteban le han hecho un favor muy flaco
al gobierno cubano, como si éste no tuviera agudos problemas de los que
encargarse para sumar otro de esta índole, porque las resonancias
internacionales comenzarán a sentirse muy pronto. Más que encarcelarlo,
esos testaferros deberían preguntarse por qué un hombre surgido dentro
de lo que un día fue la revolución, se desprende de ella, cuáles son las
causas que provocan un aumento de la disidencia y de la estampida de
nuestra población hacia el extranjero, de la apatía social, la
vulgaridad y la pérdida de valores en nuestra sociedad.

Debieran ser consecuentes con el presupuesto de que "Cuba es un Estado
socialista de trabajadores, independiente y soberano, organizado con
todos y para el bien de todos, como república unitaria y democrática,
para el disfrute de la libertad política, la justicia social, el
bienestar individual y colectivo y la solidaridad humana", como
establece el artículo 1 de la Constitución de la República.

Todos sabemos que si Santiesteban no tuviera un blog en el que se
expresa libremente, no habría ido a prisión por un hecho de tan escasa
entidad. Desde mi condición de humilde hombre de la cultura, también
discriminado, sólo puedo decir que los que se encarguen de pedir la
libertad para Santiesteban pueden colocar mi nombre en cualquier lista
que se elabore con tal objetivo.

Ojalá que esta desmesura sea rectificada pronto. El gobierno cubano no
gana absolutamente nada con este error, ni necesita más enemigos. Más
que continuar esta política en contra de quienes disienten, debería
abrirse al diálogo para acabar de enrumbar de una vez y por todas a
nuestra patria hacia un camino de paz y entendimiento. Ojalá que la
terquedad gubernamental no convierta a Cuba en otra Siria.

http://www.cubanet.org/articulos/de-montenegro-a-santiesteban/

No comments: