Accidente o asesinato?

¿Accidente o asesinato?
Jueves, 04 de Abril de 2013 11:48
Jorge Olivera Castillo

Cuba actualidad, Habana Vieja, La Habana, (PD) La especulación sigue
siendo la única puerta de acceso a la muerte de los opositores cubanos
Osvaldo Payá y Harold Cepero, ocurrida el pasado 12 de julio en una
carretera de la zona oriental de la Isla.oswaldo-paya

El margen para el esclarecimiento de los hechos se mantiene
prácticamente cerrado. Una investigación independiente, tal y como piden
los familiares de Payá, puede que nunca tenga lugar. Es muy difícil que
el régimen autoritario conceda los permisos correspondientes para las
pesquisas. Anteriores peticiones de entidades como la Cruz Roja
Internacional, con el propósito de indagar sobre la realidad de la
población penitenciaria, han quedado a expensas del silencio o a merced
de un olímpico rechazo. Por tanto, raya en el absurdo esperar una
actitud condescendiente en este caso.

No obstante, pese a todo, es significativo que el problema no se diluya
en el olvido. Mantenerlo en el foco de atención, abre de forma discreta
el acceso al optimismo respecto al despeje de importantes incógnitas,
aunque en plazos inciertos.

Las revelaciones de uno de los sobrevivientes del accidente de tránsito,
el español Ángel Carromero, lejos de arrojar luz sobre el suceso, añaden
una cuota adicional de sombras. La mezcla de versiones, primero
condicionadas por el cautiverio en una prisión cubana y las vertidas
tras su retorno a España, distan de ser catalogadas como fiables.

¿Por qué la demora en declarar la persecución por parte de la policía
política y el posterior impacto que definitivamente, según ha dicho,
provocó el fatal desenlace?

¿Cómo entender el silencio del ciudadano sueco que le acompañaba y que
también por puro milagro logró salir ileso?

Sin un exhaustivo examen, más allá de afirmaciones que
desafortunadamente quedan a expensas de la duda, es imposible conocer la
verdad de algo que consolidaría los argumentos sobre el carácter
criminal del gobierno cubano.

El largo de historial de acciones abominables por parte de quienes
comandan el país hace más de medio siglo contra cualquier postura
contestataria es suficiente para la sospecha, pero no para certificar
que planearon y ejecutaron la muerte de Payá y Cepero.

Sin el escrutinio de peritos foráneos, el suceso está condenado a
permanecer en un cruce de interpretaciones y alegatos que poco ayudan a
develar la exactitud de los acontecimientos.

Saber qué realmente sucedió es un anhelo que está lejos de concretarse.
¿Habrá que esperar la ulterior apertura de los archivos de la Seguridad
del Estado para enterarse de las particularidades de este lamentable
episodio?

La respuesta a esta interrogante cae en el perímetro del escepticismo.
Ni así son seguras las garantías de conocer si se cometió un crimen
político.

El bajo índice de probabilidades en acceder a una exposición fidedigna
de la tragedia, no exime, de la por ahora supuesta culpabilidad, a una
élite política con plena capacidad y determinación para encarcelar o
asesinar de forma solapada a sus críticos, de acuerdo a las necesidades
del momento.

Para Cuba actualidad: oliverajorge75@yahoo.com

http://primaveradigital.org/primavera/politica/54-politica/7008-iaccidente-o-asesinato.html