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Tuesday, November 20, 2012

Un tiempo tremendo a la altura de nuestra fuerza

Un tiempo tremendo a la altura de nuestra fuerza
Martes, Noviembre 20, 2012 | Por Ernesto Santana Zaldívar

LA HABANA, Cuba, noviembre, www.cubanet.org -En pocos días arrancará la
edición decimocuarta del Festival Poesía sin fin, un evento
independiente que se realiza cada año, en diciembre, gracias a la
voluntad de creación y al trabajo incansable del proyecto alternativo
OMNI-Zona Franca, que lleva tres lustros creciendo, a través del arte,
como espacio de encuentro y diálogo inclusivo que no se ha limitado solo
a Cuba, sino que también ha llevado su obra a otros países.

Amaury Pacheco, uno de los principales promotores del proyecto y del
festival, se ha convertido en figura de relevancia en el arte
alternativo cubano. Hace veinte años no imaginaba nada de esto mientras
estudiaba la carrera de Mando Táctico en el Instituto Técnico Militar,
que finalmente, a punto de graduarse, abandonó. Era el principio de la
profunda crisis de los 90 y él comenzó a tallar madera y a frecuentar un
taller literario en Alamar. Ya por entonces escribía poesía y tenía los
primeros contactos con poetas de mayor experiencia. Fue una época de
muchos encuentros, de compartir poemas, de soñar con un propósito
conjunto. En el año 97 las condiciones estaban creadas.

Sobre este difícil y largo camino, y algunos otros temas, trata la
entrevista que Amaury concedió para Cubanet en días recientes.

Cubanet – ¿Cómo surgió la idea de OMNI-Zona Franca? ¿Quiénes fueron los
principales fundadores?

Amaury Pacheco - Empezamos a reunirnos alrededor del poeta Juan Carlos
Flores, a quien buscamos para moldear un poco la experiencia de la
escritura. A veces uno no encuentra a otros poetas con cercanía
generacional y tiene que escribir sus poemas solo. Por eso tener a
alguien a quien puedes visitar, con quien puedes hablar de poesía, es
iluminarse. Yo creo en una línea de descendencia de la poesía. Si me
encuentro contigo y tú me iluminas como poeta, yo pertenezco a esa línea
de poetas nutrientes. Encontrarnos con Juan Carlos Flores fue
encontrarnos con esa generación, conocer sus dolores, sus sentimientos y
conocer el significado de ser poeta. Eso trajo un diálogo muy intenso.
Había una peña que se llamaba La peña de la bicicleta, que tenía
espacios habituales donde la poesía y la trova se encontraban. También
estaba el Festival de Rap y por primera vez vimos un evento
semiindependiente, que nos dio la idea de hacer nuestro festival.
Empezamos a utilizar la casa de la cultura de Alamar para nuestro
proyecto, vinculando escritura y oralidad. Primero nos llamamos OMNI.
Después, cuando articulamos la escritura poética con las artes
plásticas, se convirtió en OMNI-Zona Franca. Entre los fundadores
estuvieron Edwin Reyes, Leonardo Guevara, Jonathan (un inglés del que no
recuerdo el apellido), Juan Carlos Flores, Luis Eligio y otros que ahora
no recuerdo. Juan Carlos y Leonardo Guevara elaboraron nuestros primeros
manifiestos sobre qué cosa era OMNI-Zona Franca. Inmediatamente surge la
necesidad de un espacio mayor y en 1997 aparece el festival Poesía sin
fin, con un solo día y con un audio financiado por nosotros mismos. A
los dos o tres años lo extendimos a tres días y años después pasamos a
quince días.

También estábamos buscando un espacio performático y la peregrinación al
santuario de San Lázaro se convirtió en una posibilidad de expresión
poética, donde pudimos conectar Poesía sin fin con esa tradición
sagrada, porque buscábamos un espacio sagrado donde la poesía pudiera
regresar a sus inicios, donde la palabra tuviera la fuerza de
transformar las cosas. De ahí entramos en la experiencia de la oralidad,
un territorio donde aparecía la magia, lo religioso, el ritual, y
ampliamos el registro del poeta como creador en su totalidad.
Intentábamos abarcar desde la expresión estética hasta lo ético y la
conducta social. Nos dimos cuenta de que el poeta estaba en la sociedad
igual que estaban otros oficios, pero nos preocupaba cuál era su función
social, y por eso hicimos más visible la poesía, con todo lo que puede
traer, festivales, espectáculos, para que las personas se acercaran,
porque nuestro proyecto tenía un enfoque comunitario, un enfoque
antropológico.

CN – El proyecto de ustedes se basa en el arte y el amor como caminos
para la comprensión entre las personas por encima de todo tipo de
diferencias, pero ¿te parece que pueden resistir el embate cada vez más
fuerte de la represión, que evidentemente está dispuesta a violar todo
derecho para imponerse?

AP – Se sabe que en Cuba, cuando comienzas a tener un resquicio de
libertad y de expresión propia, comienzas a chocar con el sistema.
Nosotros cada año habíamos ido ganando más posibilidades de expresión,
de inclusión, y eso fue lo que provocó que nos sacaran de la
institución, porque empezamos a incluir el trabajo en la blogósfera, las
revistas digitales, invitamos a Yoani Sánchez, a 33 y un tercio, a
Orlando Luis Pardo. Las instituciones estaban obsoletas, tenían poca
energía para mover la alegría y la posibilidad del diálogo, y nosotros
habíamos nacido con eso. Pero nuestra proyección performática estaba
siempre bajo una condición pacífica, una mezcla espiritual muy poderosa
que nos ha servido para mantener la cordura en medio de la violencia. En
aquel momento estábamos mucho más distantes de lo que estaba pasando en
la oposición política, pero, cuando nos sacaron de la institución y nos
encontramos en un espacio más independiente, tendimos nuestra mirada
hacia la oposición como espacio cubano. Estábamos tratando de completar
nuestra visión de la isla porque la visión de Cuba está fundada en la
visión de la poesía. La poesía ha sido un centro imantador e irradiador.
Nosotros la usamos para ese diálogo, porque implica un salto dimensional
de una Cuba secreta a una Cuba abierta, porque le permite al cubano
girar hacia otras percepciones.

Nuestro proyecto es propiamente espiritual y se funda en el amor por los
cubanos, ante todo por los que sufren. Comprendimos que establecer un
diálogo que no sea imaginario, en un lugar donde el diálogo no existe,
es tender un puente. Creemos que es posible hacerlo con la poesía como
elemento aglutinador. Poesía sin fin trata de correr los límites, trata
de dialogar con todos los cubanos, hablar uno a uno con cada cubano. Ese
es nuestro empeño, nuestra utopía, que se convierte en motor de
posibilidad, y que nos permite nutrirnos de la fuente de lo cubano, que
se está formando todo el tiempo. Nosotros, utilizando la poesía,
queremos poner nuestro granito de arena en ese proceso de formación.

CN – OMNI-Zona Franca ha dado un apoyo resuelto a la Demanda Ciudadana
por otra Cuba. ¿Crees que ese reclamo puede jugar un papel importante en
la democratización de nuestro país?

AP – Estoy seguro de que sí. Tiene el apoyo de muchas personas, ha
logrado unir a gentes que quizás estaban distantes y la oposición cubana
ha empezado a estar más conectada, dejando atrás muchos prejuicios. La
campaña me ha permitido ver a parte de la oposición reunirse, sentarse y
llevar adelante el proyecto, aunque cada uno pueda tener su propia
campaña. Y la Demanda trae, además, mucha alegría. La oposición ha sido
muy golpeada y traer esa alegría es algo muy necesario para no caer en
la devastación y en la depresión a las que nos quieren someter. La gente
se ha ido interesando por esa propuesta y la ha asimilado, porque los
acerca a esa otra Cuba que a veces ni conocen por temor o porque nunca
la han visto. La campaña es muy ágil, ha incorporado una publicidad muy
interesante, con mucha energía y con una buena imagen audiovisual. De
hecho, Antonio Rodiles se encuentra ahora detenido y acusado porque ha
logrado tocar un punto muy neurálgico con su trabajo a favor de la Demanda.

CN – Cuando comience en diciembre el festival Poesía sin fin, ¿tendrá
esta edición alguna diferencia o alguna novedad con respecto a las
anteriores?

AP – Empezamos en Estado de SATS con la inauguración. Estarán el Comité
de Integración Racial, la presentación de otro número de la revista
Voces y los espacios habituales, la Feria Espiritual, la caminata al
Rincón dedicada a la no violencia y a la salud del pueblo cubano. Una
caminata con San Lázaro, que siento que nos ha protegido durante estos
años. También está el espacio de música electrónica, que es poesía y le
llamamos electrospoken; el espacio de spoken word, un tipo de poesía
escénica norteamericana. Además, la Fiesta de Máscaras, la Fiesta OMNI,
que cierra el festival el día 30. Este año no tenemos invitados
internacionales, pero se enviarán videos, que es una manera de
participar en el festival con su espacio audiovisual. Hay gente en
Barcelona, en Brasil, en Miami (los poetas de Vyscane), que van a hacer
el festival desde allá.

Hay algo muy importante. Existe una página en internet
(yagruma.org14festival) donde muchos cubanos pueden mandar sus
proyectos. Ponen la cifra de dinero que necesitan y entonces se empieza
a hacer la promoción. Los cubanos del mundo y otros amigos ponen el
dinero hasta que llega a la cantidad solicitada, que se destina a ese
proyecto. Este año vamos a hacer el festival solo con ese apoyo de los
amigos del mundo a través de Yagruma. Si ese apoyo no se da antes del 1º
de diciembre, va a ser bastante difícil que podamos hacer el festival.
Por eso es vital que los amigos que puedan y quieran nos ayuden.

CN – Vives con tu mujer y tus seis hijos en deplorables condiciones
materiales y, para colmo, bajo el peligro de ser desalojados por la
fuerza. ¿Cómo es la situación en este momento?

AP – Llevamos un año sin agua ni electricidad. No dicen si nos van a dar
la casa o no. Ya habíamos planteado que la casa está en un limbo
jurídico, que no hubo confiscación por parte del Estado ni era propiedad
de nadie. Estamos pidiendo que nos den la casa para pagarla a plazos,
normalmente. En este momento no hay una amenaza directa, lo que hay es
un suspenso. Además, llega una hora en que no tenemos luz y los niños no
pueden estudiar. La situación es difícil, pero nosotros practicamos
nuestra propia relación con la realidad. Estamos muy contentos de estar
ahí, porque al menos los niños no están en la calle. Claro, a estas
alturas deberíamos de tener ya una respuesta clara de las instituciones.
En estos días empezaremos a ir de nuevo al Poder Popular municipal,
porque tenemos que volver a activar con más energía todo el proceso. Si
bien no nos han desalojado, también estamos en una tortura, porque nos
pueden poner el agua y la electricidad, pero no lo hacen porque somos
"ocupantes ilegales". Salud Pública se ha comportado mejor: nos pusieron
una ambulancia cuando el nacimiento de la niña, nos dieron la
oportunidad de comprar una cuna y un colchón. Pero, en general, a los
niños les han negado sus derechos. Ya los vecinos del barrio están
acostumbrados y esperan que por fin nos dejen la casa, e incluso nos dan
alguna ayuda, pero a veces la gente no es más buena porque tiene mucho
miedo de que le suceda algo.

CN – Dices que tienes que vivir el cambio de la sociedad cubana desde
aquí mismo y no desde lejos. ¿No temes a veces que esa resulte ser una
espera demasiado larga y demasiado costosa?

AP - La poesía nos ha enseñado a adelantarnos en el tiempo y a tener la
visión de que ese cambio, ahora más seguro que nunca. Mientras tanto,
nuestra experiencia es la esperanza, pero luchando. Una esperanza
activa, una paz activa, porque siento que cada día hago algo que estira
los límites. Es favorable que muchos cubanos hayan salido del país y
hayan hecho cosas afuera, pero es favorable también que muchos cubanos
trabajemos desde adentro. Me siento más centrado en la posibilidad que
en la desesperanza y la tristeza por toda esta devastación. Sin dejar de
reconocer esa realidad objetiva, la poesía y el mundo que nosotros nos
hemos creado para realizar esa posibilidad son como una lámpara que
ilumina nuestro camino. A Cuba la vamos haciendo día tras día. Creo que
irreductiblemente hemos ganado y seguimos ganando espacio. La manera de
luchar de los cubanos actuales va a romper la línea agresiva en que se
fundan las revoluciones, va a romper el ciclo eterno de la venganza.
Este es un espacio tremendo en un tiempo tremendo a la altura de nuestra
fuerza. No se nos impone nada que nosotros no podamos hacer. Por eso me
enfoco en la posibilidad de que ese cambio ocurra, porque ya estamos
cambiando y apoyamos ese cambio de manera directa y secreta. De manera
directa con nuestros cuerpos y de manera secreta por medio de la
meditación, porque creemos en la posibilidad activa de la meditación, de
la energía psíquica y espiritual de la nación, en la convocación de
todos los que quieren el cambio. Nosotros estamos a favor de los
acontecimientos, como si surfeáramos, aunque una ola nos pueda tragar,
pero vamos deslizándonos hacia lo que indiscutiblemente ocurrirá. El
tiempo de la espera es lo que desespera a los cubanos, pero yo tengo una
visión triunfante que no deja de ser una visión objetiva de la
situación: cuando aumenta la injusticia, aumenta la posibilidad de
cambio. Las personas despiertan por la presión. Al final tendrá que
haber justicia, y también perdón.

http://www.cubanet.org/articulos/un-tiempo-tremendo-a-la-altura-de-nuestra-fuerza/

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