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Friday, November 23, 2012

Emigrar, lo demás no importa

Emigrar, lo demás no importa
Jueves, 22 de Noviembre de 2012 13:02
Escrito por Jorge Olivera Castillo

Cuba actualidad, Habana, Vieja, La Habana, (PD) Ganar partidarios para
la lucha prodemocrática, es un propósito cada vez más engorroso. El
mayor interés para el cubano promedio comienza y termina con la idea de
marcharse del país en cuanto le sea posible.

En términos comparativos, muy pocos optan por enrolarse en las
agrupaciones contestatarias. Una proporción notable de los que deciden
ser partícipes en la reivindicación de los derechos fundamentales, lo
hacen con el objetivo de reunir los avales correspondientes para ser
elegibles en el Programa de Refugiados que mantiene el gobierno de
Estados Unidos a través de su Oficina de Intereses en La Habana.

Una de las causas que impiden un mayor avance en la lucha por situar a
Cuba fuera de las coordenadas del autoritarismo, radica en lo que se ha
sedimentado en el imaginario popular: irse o adaptarse a la compleja
realidad impuesta por un sistema donde es preciso corromperse para
cubrir las necesidades básicas.

Aunque existen suficientes elementos que justificarían protestas de
carácter masivo, nada de esto ocurre. El miedo paraliza u obliga a que
las divergencias se ventilen en espacios seguros. Desbarrar contra el
gobierno entre las cuatro paredes de la casa o en una conversación con
amistades cercanas, es una opción de bajo costo que sirve para exorcizar
las amarguras y desesperanzas, sin correr el riesgo de ser huésped de un
calabozo patrullado por ratas y mosquitos, el objeto de una golpiza
protagonizada por fuerzas parapoliciales o la persona que recibe en un
tribunal la orden de permanecer por lo menos un año tras las rejas.

Puede ser que en ocasiones haya este tipo de manifestaciones en público,
pero casi siempre de manera informal, nunca o rara vez, con el propósito
de alentar algún conato contra el régimen.

El miedo a recibir algún tipo de castigo por renegar abiertamente del
estatus quo, ha estandarizado conductas situadas en las antípodas de la
moral y la ética.

En este enrarecido entorno, la misma persona que aplaude el discurso del
poder, y que incluso podría ostentar un cargo en alguna o varias de las
principales organizaciones sociales o políticas, es proclive a adoptar
un papel protagónico en el mercado negro.

Otro ejemplo a exponer, de una interminable lista de hechos que
determinan el fracaso de una ideología capaz, según sus creadores, de
modelar un ciudadano inmune al impudor y todo lo que pudiera estorbar en
su camino hacia la perfección, es la voluntariedad para integrar las
hordas que gritan y golpean a los infractores del orden establecido por
la nomenclatura.

Tal postura la asumen en aras de tapar sus fechorías como destacados
pilares de la economía sumergida o en pago a los perdones recibidos tras
cometer alguna ilegalidad, de las que se ejercitan día a día a razón del
inaplazable mandato de la supervivencia.

En la actualidad son muy pocos los que se afilian a esas coreografías
del odio de forma espontánea.

Al observar la multitudinaria espera en las inmediaciones de la Oficina
de Intereses de Estados Unidos en Cuba, con el fin de gestionar visas
por reunificación familiar, visita temporal o refugiado político, es
obligado pensar en lo difícil que resulta reunir una masa crítica que
abogue por los derechos fundamentales, fronteras adentro.

A los cubanos que aguardan por salir del país, les importa un bledo el
drama de sus coterráneos que eligieron enrolarse en la contienda a favor
de la instauración de una república sin caudillos, prohibiciones
humillantes y excesos represivos.

Hace pocos días, al indagar entre los cubanos concentrados en las
afueras de la legación norteamericana, si conocían al intelectual
disidente Antonio Rodiles, quien desde el 7 de noviembre se encuentra
detenido en una estación policial de La

Habana después de recibir una soberana paliza en el momento del arresto,
las respuestas subrayaron un patrón inalterable.

"No sé de que usted me está hablando", "Yo no me meto en política", "No
me compliques la vida, mi propósito es irme, lo demás no es asunto mío".

Con estas posturas, la democracia por la que muchos cubanos abogamos, a
merced de vicisitudes y riesgos, no es un objetivo fácil. A pesar de
todas las adversidades, aún quedan reservas de esperanzas a pruebas de
extinción.

Para Cuba actualidad: oliverajorge75@yahoo.com

http://primaveradigital.org/primavera/politica/54-politica/5824-emigrar-lo-demas-no-importa.html

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