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Friday, November 09, 2012

El olvidado feminismo cubano necesita rescate

El olvidado feminismo cubano necesita rescate
[09-11-2012]
Lucas Garve
Fundación por la Libertad de Expresión

(www.miscelaneasdecuba.net).- El surgimiento del feminismo en Cuba tiene
mucho que ver con las exiliadas cubanas en los Estados Unidos en el
siglo XIX. Lo anterior se debió a la formación de clubes de apoyo a la
causa independentista cubana por las cubanas en ciudades de Cuba y en
Nueva York, Tampa y Cayo Hueso principalmente.

Los clubes femeninos en la inmigración dieron la oportunidad a las
mujeres cubanas de ocupar espacios públicos inéditos porque en ellos se
debatió el futuro de la República además e la recaudación de fondos para
el sostenimiento de la guerra.

Entre los años 1892 y 1898 la cifra de clubes en el exterior alcanzó los
85, mientras en la Isla existieron al mismo tiempo algo más de veinte.
En el exterior se destacaron entre otros el Club de la Liga
Cubano-Americana, el Club Hermanas de Martí, Club Mercedes Varona, Club
Mariana Grajales de Maceo de mujeres afrodescendientes, Club Los
independientes, Club Justo Carrillo, Club Hermanas de Rius Rivera, Club
de las Hijas de la Libertad. En Cuba estuvieron muy activos los Clubes
Esperanza del Valle en Cienfuegos, Club de Damas Clemencia Báez en Santo
Domingo, Club Cubanita de Cienfuegos.

En todos estos Clubes las mujeres cubanas patentizaron su amor y apoyo a
la Independencia de Cuba y expresaron su preocupación por reclamar el
sufragio femenino en la República. Así el derecho a ser electoras y la
situación legal de la mujer después del logro de la Independencia fue
una de los principales temas que se abordaron en sus reuniones y en sus
comunicaciones al Partido Revolucionario Cubano.

El Club Esperanza del Valle se situó en ser el primero que demandó el
derecho al sufragio en la Isla en marzo del 1898. Cuando proclamó lo
siguiente: "(…) Queremos que se integre a la mujer en el ejercicio de
sus derechos naturales, como son, la emisión del voto para las solteras
y las viudas mayores de 25 años, el divorcio por causa justa, la opción
de empleos públicos, (…)".

Aurelia del Castillo, una mujer de letras, fue una cubana entre las
iniciadoras del movimiento feminista en la isla. Ella asistió al
pabellón femenino levantado en la Exposición Universal de Chicago, como
resultado del clímax del movimiento feminista en los EEUU.

En los años 90 del siglo XIX se produjo en Cuba un debate acerca del
feminismo y por el pensador cubano Enrique José Varona se prestaba
atención al tema cuando publicó en El Fígaro en mayo de 1894 un artículo
bajo el título El Movimiento Feminista en Cuba.

La figura de la pedagoga cubana María Luisa Dolz y Arango se destaca
porque fue la cubana que aportó más a la educación de la mujer en Cuba
en el siglo XIX y como iniciadora del feminismo social en la isla. A
ella se le debe la creación de una enseñanza femenina en Cuba y que haya
trascendido a la República y en ella se desarrollara el feminismo.

En el citado debate sobre las ideas feministas la contribución de Dolz y
Arango fue también decisiva porque ella realizó un análisis de la
evolución del feminismo europeo y estadounidense sobre todo y los
comparó con la situación de la mujer en Cuba. Su contacto con mujeres
estadounidenses hizo que sus ideas fueran las más avanzadas en el tema
en la isla.

Ya en la República, en noviembre 1912, se constituyó el Partido Popular
Feminista; en diciembre del mismo año el Partido de Sufragistas Cubanas
y el Partido Nacional Feminista. Dirigidos por Emilia Pérez de Viñas,
Digna Collazo y Amalia E. Mallén de Ostolaza.

En general, ellas pidieron el voto femenino y también la reforma del la
Ley del Servicio Civil para que se estableciera un tanto por ciento de
los puestos públicos para ser ocupados por mujeres, el libre acceso a
todos los comercios, industrias, oficinas y la igualdad de los salarios,
la necesidad del libre acceso de la mujer a todos los establecimientos
docentes y la igualdad civil absoluta.

Acontecimientos trascendentales para la Mujer cubana fueron la
aprobación del las leyes de la Patria Potestad (1917) y la del Divorcio
en 1918. Con la primera, las cubanas tuvieron la oportunidad de
administrar sus bienes sin licencia del marido y con la segunda,
permitía a las mujeres librarse de las cadenas del matrimonio impuesto o
sin valor sentimental para ellas, al tiempo que atacaba una institución
como el matrimonio. Estas leyes dieron a Cuba la primicia en este
aspecto social de defensa de la Mujer.

El otro acontecimiento importante fue la formación del Club Femenino de
Cuba, organización que garantizó la celebración de los Congresos
Nacionales de Mujeres en 1923 y 1925, algo inédito en América Latina.

Sirva entonces hasta aquí este recuento para el empoderamiento cívico de
las mujeres cubanas y no se dejen engañar por la propaganda del régimen
que miente al decir que sólo la Revolución dio a la Mujer cubana nuevas
oportunidades.

El poder revolucionario con su política pública hacia las mujeres las
hizo incorporarse al carro revolucionario, pero no puso la Revolución al
servicio de ellas. Primero, porque no se cambió en nada la visión
masculina de la dirección del Poder y luego con el Código de Familia las
hizo responsables de sus hijos, mientras absolvió a los padres de toda
responsabilidad.

Obvió todo lo acumulado durante decenios de enseñanza femenina en Cuba y
masculinizó la educación para que respondiera a la tendencia machista
heterosexual propia de la estructura del ejercicio del poder en Cuba.

Rescatar el papel de las mujeres feministas cubanas y sus logros durante
los primeros cincuenta años de República en este momento del siglo XXI
serviría para propiciar un paso real hacia la independencia de la Mujer.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=37644

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