Al rescate de la memoria

Al rescate de la memoria
Jueves, 15 de Noviembre de 2012 14:43
Escrito por Lucas Garve

Cuba actualidad, Mantilla, La Habana, (PD) Los cubanos de hoy y sobre
todo los jóvenes ignoran en su mayoría el decurso existencial de
ilustres cubanos que con sus vidas jalonan de hechos notables la
historia de nuestra patria.

En el mes de noviembre se conmemoran los aniversarios de cuatro figuras
destacadas que adornan con su vida y su obra la grandeza de la historia
cubana. Dos de ellas nacieron en el mes de noviembre y las otras dos
fallecieron en este mismo mes.

De las cuatro figuras, hay dos cuyos nacimientos sucedieron en
noviembre: Doña Marta Abreu Arencibia de Estévez y el poeta Agustín
Acosta. Las dos personalidades fallecidas en el onceno mes del año
responden a los nombres de José María Chacón y Calvo y al poeta José
Jacinto Milanés.

La vida y obra de Doña Marta de los Ángeles Abreu y Arencibia me resulta
cercana por tratarse de la insigne benefactora de mi ciudad natal y
además por haber disfrutado numerosas veces de los espectáculos
presentados en el Teatro La Caridad, donado por ella en 1885 al pueblo
santaclareño para su disfrute.

En lo particular vale apuntar que en 1874 contrajo matrimonio con el
doctor Luís Estévez y Romero, que alcanzó a ser el primer vicepresidente
de la República en 1902.

Tan importante para la vida civil de la capital villaclareña fue Doña
Marta Abreu Arencibia que la ciudad era y es todavía reconocida por el
sobrenombre de Ciudad de Marta Abreu.

También su contribución financiera fue decisiva en los peores momentos
de la Guerra de Independencia.

Gracias a su cuantiosa fortuna y numerosas propiedades, Doña Marta Abreu
fundó en 1882 tres colegios para niños pobres, uno de ellos para niños
negros y dos asilos para ancianos desamparados. En 1885 se construyó el
teatro La Caridad, el que como ya anoté, donó a la ciudad y sus vecinos.
En 1887 mandó a construir cuatro lavaderos gratuitos y un dispensario de
salud. Contribuyó a la construcción de la planta eléctrica de la ciudad
y con la estación de ferrocarril que lleva actualmente su nombre. En
1895 creó el dispensario para niños pobres El Amparo.

La ciudad levantó una estatua a su memoria en el céntrico Parque Leoncio
Vidal. La Universidad Central también lleva su nombre, así como una de
las calles principales de la urbe villareña.

Al cabo, de 167 años de su nacimiento y 103 de su fallecimiento,
ocurrido en febrero de 1909, la figura de la patriota villaclareña debe
de ser recordada y reconocida por todos los cubanos como ejemplo de
civilidad, generosidad y filantropía.

Por su parte Agustín Acosta, nombrado Poeta Nacional en 1955, nació en
Matanzas el 12 de noviembre de 1886. Muy temprano, en 1912, las revistas
Cuba y América y El Fígaro premiaron sus poemas. En 1915, con el libro
de poemas Ala, se instala entre los poetas modernistas importantes de
Hispanoamérica. En 1925 publicó su poema más conocido La Zafra. Integró
la Academia de la Lengua. En 1933 fue elegido gobernador de la provincia
de Matanzas. En 1934, bajo el gobierno del presidente Carlos Mendieta,
ocupó el cargo de Secretario de la Presidencia. En 1936 aparecieron Los
camellos distantes; en 1941, Últimos Instantes; en 1943, Las Islas
Desoladas; Jesús, en 1957; Caminos de Hierro, en 1963. Exiliado en EEUU
desde 1972, allí publicó El Apóstol y su Isla y Trigo de Luna. Falleció
en Miami en marzo de 1979.

En noviembre se conmemoran también dos fechas que marcan la desaparición
física de dos figuras relevantes para la literatura cubana: José Jacinto
Milanés y José María Chacón y Calvo.

El primero, matancero de origen humilde y malogrado poeta de carácter
romántico, se nutrió desde pequeño de una cultura clásica y estudió
italiano, francés y latín. En La Habana recibió la atención de Domingo
del Monte y su círculo, quien lo orientó literariamente y en El
Aguinaldo Habanero sus primeros versos salieron a la luz y luego
publicaron poemas suyos en El Álbum y en El Yumurí en Matanzas. En 1838,
escribió El Conde Alarcos, que es representada en La Habana. En 1843 se
publicaron sus obras completas. Después de viajar por los EEUU y Europa
regresó a Matanzas en 1849 y en 1852 enloqueció por causa del rechazo
amoroso de su prima Isabel Ximeno. Queda en la memoria literaria y
artística de cuba su poema más famoso La Fuga de la Tórtola. Falleció el
14 de noviembre de 1863 sin recobrar la razón.

El caso de José María Chacón y Calvo es diferente. Hijo de una de las
familias nobles de Cuba, nació en el poblado de Santa María del Rosario,
fundado por el primer conde de su ascendencia. Eminente polígrafo,
investigador literario relevante y crítico literario de extraordinaria
agudeza, hombre de vasta cultura, Chacón y Calvo fue el primer
presidente de la Academia Cubana de la Lengua, académico de la Academia
Nacional de Artes y Letras y director de la Sociedad de Conferencias.
Sus estudios literarios sobre todo de figuras del siglo XIX y de la
lírica en nuestro país, lo colocaron en un sitio destacado de los
estudios literarios en la isla. Sus estudios a las obras de Gertrudis
Gómez de Avellaneda, Juan Clemente Zenea, José María Heredia y sus
investigaciones sobre la poesía en Cuba tuvieron como colofón el volumen
de Las Cien Mejores Poesías cubanas, la Colección de Documentos
Inéditos, su estudio sobre Cervantes y el romancero. Chacón y Calvo
murió olvidado en La Habana en noviembre de 1969.

Por los méritos acumulados en vida por estas personalidades debieran ser
reconocidos por los cubanos y no perder el tiempo en tanta bazofia
politiquera que el régimen exalta.

Para Cuba actualidad: garvecu@yahoo.com

http://primaveradigital.org/primavera/cuba-cultura/82-cultura/5755-al-rescate-de-la-memoria.html