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Thursday, May 17, 2012

El verdadero rostro del aparato de la inteligencia cubana

El verdadero rostro del aparato de la inteligencia cubana
Dr. Darsi Ferret
17 de mayo de 2012

La Habana , Cuba– www.PayoLibre.com – Es hora ya de exponer la real
dimensión del mito de la capacidad que ha ejercido y ejerce la
inteligencia cubana (y léase también la policía política, su aspecto
menos romántico e impresentable). Y nada mejor para distinguir con
claridad sus limitaciones y lastres que compararla con la de otra
pequeña nación, el estado de Israel, rodeado de verdaderos enemigos, no
ficticios como se los fabrica el régimen de los hermanos Castro.

La región donde se encuentra el estado mediterráneo se denominaba
Palestina, más no porque fuera una nación independiente y reconocida
bajo tal nombre. Históricamente, en ese territorio convivían comunidades
hebreas y árabes, de culturas y religiones mahometanas, judías,
cristianas, nestorianas y otras. De hecho, no existían los términos
israelita o palestino para designar una nacionalidad, y de la misma
manera que una nación israelí fue reconocida por la ONU, los palestinos
tuvieron similar oportunidad de crear su propio estado independiente.

Cuba, luego de denodados esfuerzos, logró liberarse del colonialismo
español gracias a la decisiva intervención de las fuerzas militares y,
sobre todo navales, del vecino EEUU. El archipiélago fue uno de los
últimos territorios en alcanzar la soberanía en la región. Pese a ello,
gracias a la enorme inversión de capital norteamericano, una creciente
emigración europea, y al ingenio y la industria de los coterráneos en el
marco de una sociedad libre y democrática, el país superó con creces, y
mucho antes de cumplir el medio siglo de fundada, los niveles de vida de
naciones latinoamericanas que la habían precedido en casi un siglo de
emancipación.

Israel es una democracia parlamentaria basada en elecciones
pluripartidistas y periódicas, con reconocidas libertades de expresión,
asociación, movimiento, representación y culto. Mas estas no se limitan
a sus ciudadanos de origen judío. Los árabes con ciudadanía israelí
gozan de los mismos derechos, incluyendo el uso, publicación y enseñanza
de la lengua y religión árabes, y una presencia con voz y voto en el
Parlamento proporcional al más de un millón de sus afines.

Cuba es una dictadura militar y familiar encabezada por los Castro con
más de cincuenta años dando tumbos totalitarios. El estado está
conformado como una estructura de sojuzgamiento que permanece insensible
al sufrimiento que acumula en la población. A los cubanos se les niega
la protección de la ley bajo un Estado de Derecho y se les hace víctimas
de los abusos sistemáticos del todopoderoso régimen dictatorial. No les
permiten la celebración de elecciones libres ni pluripartidistas. Y no
existe en el país ni un ápice de libertad de expresión, asociación ni
movimiento. La estructura de gobierno es más semejante a un despotismo
del Medio Oriente como Siria, o a la asiática Corea del Norte, que a una
república democrática de Occidente.

De Israel sería ir mucho más allá de los límites de este corto trabajo
juzgar si fueron justificadas o no las guerras y la responsabilidad en
crímenes ocurridos de un lado u otro de sus fronteras. Es una historia
violenta originada por un innegable rechazo de todos los países del
entorno, la totalidad de ellos con apenas unos años de fundación luego
de haber sido enclaves coloniales europeos, a reconocer otra nueva
nación que esta vez surgía por mandato de la ONU. Y ello ocurrió en un
espacio territorial que perteneciera al imperio turco y que hasta 1947
permaneció bajo la administración británica, designada por el sustituido
organismo internacional, La Liga de las Naciones.

La agresividad de la región del Oriente Medio y del mundo islámico en
general contra Israel ha propiciado el desarrollo de su aparato de
inteligencia, llevándolo a niveles impresionantes para un país tan
pequeño. Esta profesional estructura de espionaje es decisiva para
impedir la destrucción de su nación, no para tratar de subvertir y, a
marchas forzadas, intrigar para transformar en democracias semejantes a
la suya a los países vecinos, lo que sería el reverso lógico de la
actividad virulenta de la dictadura cubana.

En Cuba, desde el mismo origen de la llamada revolución se implantó un
modelo totalitario con pleno apoyo de la Unión Soviética. Situación que
se consolidó cuando la casta en el poder creó un Enemigo ideológico de
su antiguo aliado, los Estados Unidos. Con este y con los países
democráticos del área latinoamericana inició un proceso de
enfrentamiento y hostilidades. Desde entonces la junta militar de La
Habana ha sido incansable en agredir e intentar subvertir a las naciones
de formato democrático de América Latina y del Norte. El resto del mundo
tampoco se ha librado de esas trasnochadas paperas de imperialismo
platanero.

Sin dudas, el costo del sostenimiento en particular de tal prolongada
política beligerante, divorciada de las posibilidades concretas o fines
personales de los ciudadanos, ha transformado para mal a la pequeña
nación. Antes un país rico y próspero, el castrismo lo ha dejado en las
llantas con el loco afán de verse a sí mismo como una potencia capaz de
protagonizar una geopolítica global y torcer los destinos del mundo. El
triste resultado de todo este narcisismo es que sus habitantes son
pobres y formados en una sociedad envilecida por la delación, el
encanallamiento y una enfermiza y degradante hipocresía y parálisis social.

En Israel, la labor del aparato de inteligencia es el garante de la
existencia de la nación, y por tanto de la vigencia del Estado de
Derecho y la protección de la ley para sus ciudadanos. No trabajaron
denodadamente para que les fueran negados, ni gracias a ellos son
explotadas sus capacidades de bienestar o las libertades y posibilidades
plenas de desarrollo de su población. Tampoco con su labor afectan el
nivel de vida nacional ni expolian el exitoso esfuerzo de sus diversas
industrias. Es por ello que el país goza de un per cápita de nación de
primer mundo, en medio de una geografía con poblaciones oprimidas,
incultas, pobres y atrasadas. Los millones de árabes que viven en esas
naciones colindantes, a pesar de ser sojuzgados por dictaduras y
satrapías hereditarias, paradójicamente dejan alimentar en ellos un odio
profundo a la única democracia de la región, que debería ser un modelo a
emular de progreso para sus vidas y países.

El cuerpo de inteligencia israelí, de reconocido prestigio, actúa en el
ámbito Occidental y del Oriente Medio a escala desproporcionada con sus
dimensiones territoriales. Proclama su necesidad de defenderse de la
agresividad de naciones fronterizas y vecinas, casi todas árabes y
mahometanas. Y alguna hasta asignándose como doctrina de Estado la
futura desaparición de Israel. El argumento histórico y acicate de odio
hacia el estado hebreo está basado en las diferencias en religión,
cultura y los sangrientos conflictos bélicos y represalias que esto ha
generado, sin embargo, la verdadera naturaleza del rencor hacia esa
nación es que constituye un ejemplo del desarrollo que se puede alcanzar
cuando se le garantiza a la sociedad el pleno ejercicio de la libertad y
la democracia representativa, mientras que los países que la rodean
están regidos por dictaduras descarnadas que oprimen y condenan a sus
pueblos a la miseria. Ese es el meollo del problema y el obstáculo a la
paz regional.

En cambio, el aparato de inteligencia cubana se vuelca tanto para los
ciudadanos cubanos dentro y fuera del territorio nacional, como hacia la
subversión del orden democrático de los países de su entorno, como
ocurre en el presente con el proyecto ALBA y la estrella y motor de esa
triste Entente, Venezuela. La acción de la policía política, reprimiendo
cualquier disidencia o cuestionamiento al culto oficial tiene semejante
importancia para la dictadura que influir en gran medida y a su
conveniencia sobre estos improvisados aliados latinoamericanos de los
últimos años. Con su trabajo mal remunerado y en un pleno ejercicio de
masoquismo nacional, los cubanos pagan desde los gruesos salarios de
estos cuerpos represivos, pasando por todas las prebendas y privilegios,
y llegando hasta cubrir con su sudor el costo de los sofisticados
artilugios de espionaje que nunca dejan de adquirir estos señores. Y
todo para que puedan vigilar y reprimir al dedillo a sus benefactores
cada vez que intentan no estar de acuerdo con el estado de cosas.

Es sobre la base del éxito económico del estado israelí que el mismo
sostiene su cuerpo de inteligencia con gran capacidad para vigilar e
impedir que las agresiones contra su nación tengan el éxito con que son
planeadas. La destrucción de su estado es parte de la motivación y el
fanático acicate de numerosas organizaciones fundamentalistas islámicas,
que a su vez reprimen y aterrorizan a sus propios conciudadanos árabes o
persas, como es el caso de la agresiva y lóbrega teocracia iraní.

En Cuba, y por tanto en su labor en el extranjero, es sobre la base
material que les aporta el sojuzgamiento y el terror de la población del
archipiélago que los cuerpos de inteligencia colaboran fervorosamente en
sostener la roñosa dictadura. Eso les brinda todos los recursos
necesarios, sin control alguno del Parlamento, que debería velar por el
uso de los mismos en beneficio, y no en opresión, del pueblo. Los
recursos nacionales se utilizan para despilfarrarlos en las siempre
fracasadas aventuras geopolíticas personales de los Castro, y se
preparan para seguir haciéndolo sin ellos, en una eterna metástasis de
desorden y confrontación. Al igual que los éxitos efímeros de otras
dictaduras que ya no son sino malos recuerdos, los triunfos que lograrán
estos servicios no serán nunca para gloria y salvaguardia del pueblo de
Cuba, sino para la de sus amos feudales, los que convocados por un
inevitable fin de sus áridas vidas, ahora andan buscando dejar este
pobre país en herencia a sus hijos y nietos.

Más que a la pericia y el sacrificio personales, la supuesta efectividad
de la labor profesional de los miembros del aparato represivo se ha
basado en consolidar la violencia en la patria que los vio nacer, y que
sin dudas los acogerá en sus cementerios cuando la hora les toque, sea a
las buenas o a las malas.

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