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Friday, May 18, 2012

Cópula tardía

Cópula tardía
Viernes, Mayo 18, 2012 | Por José Hugo Fernández

LA HABANA, Cuba, mayo, www.cubanet.org -En días recientes, algunos
medios internacionales de información insertaron una nota graciosa entre
tanta gravedad. Era una especie de reportaje sobre una anciana, virgen a
los 70 años de edad, que ante el temor de abandonar el mundo sin haber
hecho todo lo que el cuerpo le estuvo pidiendo, de pronto se muestra
ansiosa por recuperar lo perdido y avanzar mucho más, si le fuera posible.

Sé por qué la historia de esta anciana me remitió a la actual situación
de ciertos representantes de la Iglesia Católica cubana. No sólo, o no
en específico esta vez a la del cardenal Jaime Ortega, quien, por demás,
no debe ser ducho en virginidades.

Al igual que la anciana de marras, tales representantes eclesiásticos se
muestran resueltos a ganar contra reloj una carrera que ya tienen
perdida desde hace años, por más que ellos sean los únicos que parecen
no darse cuenta.

Reprimieron durante medio siglo el concupiscente impulso de abrirse en
cuerpo y alma al poder político. Y ahora, al ver que se les acaba el
tiempo sin que tal sacrificio les reporte placer ni ganancia, se
abalanzan a recuperar lo perdido, pero de una manera no menos imprudente
que la de aquella virgen septuagenaria.

Hablo de representantes formales de la Iglesia Católica cubana, y no, en
modo alguno, de sus respetables creyentes, quienes, al igual que los de
cualquier otro credo, merecen toda consideración. El Vaticano es un
Estado, es poder. Así que sus representantes oficiales son comisionados
de un poder. La fe, el cristianismo y Dios son cuestiones aparte.
Incluso también lo son aquellos representantes oficiales de la iglesia
que siempre ponen por delante su misión espiritual.

No fue Dios, ni siquiera la Iglesia Católica, en abstracto, quienes le
negaron piedad y caridad a 13 opositores pacíficos cubanos que,
desesperados y ansiosos porque se atendieran sus demandas de libertad y
honra a los derechos humanos, ocuparon respetuosamente un templo
católico en La Habana. Tampoco fue el catolicismo quien entregó a estos
infelices a la jauría policial, y después, no conforme, se ha dedicado a
difamarlos y a insultarlos en público.

No fueron los católicos, en plural, quienes clausuraron la revista
católica Vitral, porque le molestaba al régimen, y, aprovechando su
ausencia, dieron auge a otra, Espacio Laical, que le hace el juego a
Dios y al diablo, apoyando y aun promocionando al régimen, bajo el
disfraz de imparcial y patriótica y hasta contestataria.

Precisamente el editor de la revista Espacio Laical, Roberto Veiga
González, recientemente aireó, en Nueva York, dos o tres píldoras que
nada dejan a la perspicacia.

Durante una conferencia en el neoyorquino Centro Bildner, Veiga González
dijo que nuestro país no está preparado para el multipartidismo y para
las elecciones libres, por lo cual él descarta esa posibilidad e incluso
su conveniencia. Dijo que Raúl Castro es el hombre capacitado para
llevar adelante los cambios que necesita la Isla, y que su gobierno goza
de legitimidad, de acuerdo con una parte significativa del pueblo. Dijo
que a la vuelta de 5 años más con el mismo régimen (es decir, cuando
éste cumpla 58 años de arruinadora y ruinosa tiranía), Cuba podría
llegar a ser un país maravilloso.

Sin comentarios. Como no sea para recalcar la evidencia de que a estos
ciertos funcionarios del poder de la iglesia, perdido el pudor ante el
apremio por recuperar terreno –como en el caso de la viejita virgen-, ya
ni siquiera les basta con guardar silencio y mirar hacia otro lado ante
los atropellos dictatoriales. Necesitan proclamar en voz alta y clara
que han salido a la brega en busca de que el régimen les compense por
tanta ansiedad reprimida durante varias décadas.

Lo más triste es que, como aquella virgen septuagenaria, por muchas
ganas que tengan, ya no les queda con qué incitar las ganas del otro,
sólo su simulación.

http://www.cubanet.org/articulos/copula-tardia/

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