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Tuesday, April 03, 2012

Paquito D'Rivera: ¿Orgullosos de ser cubanos, por qué?

Paquito D'Rivera: ¿Orgullosos de ser cubanos, por qué?
Publicado el Martes, 03 Abril 2012 05:56
Por Café Fuerte

El siempre polémico Paquito D'Rivera ha hecho pública esta carta a un
amigo, cargada de una profunda desilusión sobre el presente de Cuba y
las actitudes manifiestas entre las nuevas oleadas de la diáspora cubana.

El destinatario de su carta -según explicó el saxofonista- es un musico
cubano que vive en España desde 1980, y que ahora ha adoptado el
"apoliticismo de Izquierda".

"Hay mucha gente que no les gusta escuchar la verdad, entre ellos el
amigo a quien escribí esa carta. Yo no le dije absolutamente nada que
fuera ofensivo, solamente la verdad; bueno pues el se ofendió y hasta se
acordó del Che Guevara, uno de los principales causantes de nuestra
desgracia", escribió el laureado músico en un mensaje enviado a CaféFuerte.

Reproducimos a continuación la carta de Paquito, que seguramente no
quedará exenta de nuevas controversias.

CARTA A UN AMIGO

Amigo Florencio:

¡Qué pena te tomaste tan a pecho mis desilusiones por la nuevas (y no
tan nuevas) generaciones de cubanos de aquí y de allá! Lamento que el
inclemente poder ofensivo de la verdad te hiriera tanto, pero es que
hace ya más de tres décadas que nos largamos de aquella bazofia de
sistema y el cuartico está igualito. Así que dime tú: ¿orgullosos de ser
cubanos, por qué?

Han pasado más de 20 años de la caída del muro de Berlín, de la
revolución de terciopelo en Checoslovakia, de la protesta juvenil de la
plaza de Tiananmen en China; y más de treinta años tiene ya la valiente
creación de los sindicatos independientes en Polonia. Más recientemente,
la Primavera Árabe conmovió al mundo… ¿Y a todas estas, a los cubanos
solo se nos ocurre pedir permisos renovables para residir en otros
países y de vez en cuando mendigar visas de turistas para pasear por las
ruinas de La Habana? ¿A rezarle al Papa?... No me hagas reír, Flori. Tal
parece que ya los escritores y artistas cubanos de principios como
Celia, Olga, Cabrera Infante, Cachao, Bebo Valdés, Montaner, Álvarez
Guedes y Rolando Laserie se van acabando. Ahora son "apolíticos", y
algunos hasta actúan gratis en los festivales que organizan sus antiguos
verdugos aquí o en Cuba. Y de los artistas y músicos de la Isla mejor ni
hablar. Allá hacen cualquier cosa por ganar unas piastras afuera (o más
bien adentro, como diría nuestro amigo Nicolás), y después ir a la
chopin a buscar jabones, pasta de dientes, blumers y cuanta chuchería de
"área dollar" encuentran pa' llevar, como hormigas, pal solar. Tú y yo
hicimos esto por un tiempo, pero… ¡¿Hasta cuando?!

El lenguaje de tu carta -que suena un poco como Manolo Ortega-, me hizo
recordar también a esos nuevos (y no tan nuevos) "exiliados" de Miami,
que cuando quieren portarse bien pa' que los autoricen a ir de visita a
(lo que queda de) el Caimán, se vuelven apolíticos, cambian los CDs de
Chirino por los Van Van, hablan de los supuestos logros en la educación
y la medicina, mencionan a Viet Nam y empiezan a llamar bloqueo al
embargo. Yo conozco a uno que tuvo que corretear por todo el mapa de
México, desde Cancún a Tijuana, huyendo de los comunistas que lo querían
zumbar pa' La Habana antes de tiempo. Cuando llegó aquí echaba pestes de
los dirigentes cubanos, pero unos años después también se volvió
"apolítico" y hace poco me dijo: ­

-Voy pa' Cuba (como por tercera vez); ¿quieres algo de allá?

Y yo pensé contestarle que sí, que me trajera de vuelta el derecho
básico y fundamental de entrar y salir de nuestro país cuando nos diera
la gana, sin pasar por la humillación de pedirles permiso a los dueños
de la perla de las Antillas. Y que si podía me trajera la libertad de
expresarme y de escribir libremente sin ser encarcelado ni golpeado
salvajemente como lo son las Damas de Blanco, el doctor Biscet, Yoani
Sánchez, Gorki Aguila y unos pocos cubanos con dignidad que aún quedan
por allá sueltos (casi ninguno músico).

También me gustaría que me regresaran la propiedad de la casa que
construyó mi abuela en 1929, donde crecimos mis hermanos, yo y mi hijo,
y donde ahora vive un militarote. Y de paso –como me gustan tanto los
carros viejos–, que me pasaran las llaves del Plymouth 41 que mi padre
tuvo que entregar a Inmigración para que lo autorizaran a emigrar.
Además, pensé pedirle a mi amigo que hablara a favor de reinstalar la
opción legal de afiliarme a un partido político, aspirar a cualquier
cargo público y cooperar al progreso del país en que nací y que ellos
han destruido metro a metro. Hasta me pasó por la mente sugerirle a los
de la Nueva Trova que le pidieran disculpas a Mike Porcel por el
tremendo "mitin" de repudio que le dieron en la puerta de su casa
sitiada, cuando decidió irse con su música a otra parte. Y también a las
familias de los fusilados y a los periodistas independientes presos por
informar lo que el gobierno esconde. Y le iba a insinuar a mi amigo que
les halara las orejas a los escritores, pintores, bailarines y músicos
de vuelos internacionales por su silencio cómplice ante tanta coacción,
abuso de poder, corrupción administrativa y familias separadas. No le
pedí que me trajera la niñez de Franco, mi único hijo, porque al
secuestrármelo por casi 10 años y destruir además mi matrimonio, ya no
había forma de recuperar esos años perdidos, que lo convirtieron en un
verdadero extraño para mí.

Tampoco me atreví a pedirle que por lo menos protestara cuando estuviera
allá, por aquella censurable acción que fue el hundimiento del
remolcador 13 de Marzo, comparable solamente a la monstruosa voladura
del avión de Barbados, que tú mencionas en tu carta. Ambos hechos
lamentables; solo que en aquel infortunado vuelo iban en su mayoría unos
cuantos funcionarios comunistas, policías guardianes y atletas que
representaban a la tiranía castrista; mientras que por otro lado, en
aquel barco arbitraria e innecesariamente hundido, fueron masacrados
hombres, mujeres y niños cuya única culpa era tratar de escapar del
anacrónico sistema que tanto aquellos políticos como los "medallistas"
del fatídico vuelo celebraban con júbilo.

En conclusión, mi querido Florencio, que decidí no pedirle nada a mi
apolítico amigo, pues no podría complacerme en ninguna de mis
peticiones. Solo le recordé que cuando él y yo tuvimos que huir de Cuba,
existía allí una dictadura que encarcelaba, reprimía y fusilaba a los
opositores. Nada de eso ha cambiado en 53 años, de modo que sigo sin
entender el por qué regresaba a donde poco antes había tenido que
espantar el mulo.

Para terminar, debo confesarte que no por triste me resultó sorprendente
la despedida de tu carta: -"Hasta la victoria siempre"-, citando el
eslogan favorito del Che Guevara, siniestro personaje de la camarilla de
ineptos que montó en nuestro empobrecido país ese régimen cruel y
obtuso, hecho a la medida para vagos, resentidos, mediocres y
envidiosos, del cual tú y yo tuvimos la suerte de escaparnos hace ya
muchos años.

Saludos,

Paquito D'Rivera
New York, Marzo 23-2012

http://cafefuerte.com/documentos/1738-paquito-drivera-orgullosos-de-ser-cubanos-por-que

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