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Saturday, January 16, 2010

Una reconciliación inexistente

Publicado el sábado, 01.16.10

Una reconciliación inexistente
By ADOLFO RIVERO CARO

Confieso sentirme desconcertado cuando algunos amigos hablan de la
necesidad de una ``reconciliación nacional''. Tal parece como si el
obstáculo para una Cuba libre y democrática fuera la terquedad y el
resentimiento de dos grupos, uno en la isla y otro en la comunidad
exiliada. Y que la solución estaría en que ambos depusieran esa actitud
y priorizaran los intereses de la nación. Esto me parece una lectura
errónea de la tragedia cubana y, por consiguiente, un remedio igualmente
equivocado.

¿Cómo es posible hablar de dos partes en disputa como si fueran
equivalentes? La realidad es que una dictadura cubana triunfante lleva
más de medio siglo en el poder y que jamás ha dado el menor indicio de
querer buscar ningún acuerdo con el exilio. Ciertamente ese exilio es
masivo y próspero pero su influencia dentro de la isla ha sido
extremadamente limitada. Eso le ha permitido a la dictadura adoptar la
mejor de las posiciones: denunciar furiosamente una interferencia del
exterior que, en realidad, ha tenido y tiene poco impacto en la realidad
nacional. ¿Qué ha conseguido la oposición? ¿Radio y TV Martí? Un éxito
extraordinario, sin duda, pero muy lejos de ser suficiente. ¿La ley de
ajuste cubano? Infortunadamente, un obstáculo más que una ayuda.

¿Cuándo ha rechazado el exilio una propuesta, cualquier propuesta, de la
dictadura cubana? La realidad es que nunca. ¿Por qué hablar del exilio
entonces como si, con su resentimiento y terquedad, hubiera rechazado
esas hipotéticas proposiciones? Recuerdo, hace muchos años, cuando Jorge
Mas Canosa polemizó con Ricardo Alarcón por la televisión. El exilio
nunca ha rechazado el diálogo. Aquí sólo hay un enemigo discernible: la
actual política de la dictadura cubana. Todos los grupos hostiles a la
misma están de acuerdo en una serie de demandas mínimas. Nadie ha
rechazado nunca discutir con la dictadura. Por consiguiente, progresar
hacia ese diálogo, en ninguna medida ha dependido de nosotros, sino
única y exclusivamente de la dictadura castrista.

Yo no voy a abrirle los brazos al que violó a mi hija y asesinó a mi
hermano. Sin embargo, si esa persona me propusiera, desde el gobierno,
buscar una forma de compartir el poder a cambio de olvidar el pasado y
evitar un sangriento ajuste de cuentas, creo que sería una proposición
digna de considerar. Desgraciadamente, ése no es el caso. Toodo lo
contrario. Una de las grandes ventajas que tiene la dictadura es que el
exilio cubano le brinda extraordinarias facilidades a todos los
opositores que quieran irse del país. Esta es una de esas realidades
desagradables que es necesario confrontar. ¿Para qué arriesgarse a la
persecución y la cárcel cuando el gobierno de Estados Unidos le da unas
facilidades, sin precedentes en el mundo, a los cubanos que quieran
exiliarse? No hay forma en que esto pueda considerarse un estímulo a la
lucha contra la tiranía. Todo lo contrario. La dictadura cubana no
hubiera podido diseñar una política que le fuera más beneficiosa. La
comunidad cubana en el exilio ha conseguido la mejor forma de trasladar
al pueblo cubano hacia el exterior pero la peor para estimular su
oposición activa a la dictadura.

El problema cubano es muy claro: la gran mayoría del pueblo se opone al
gobierno pero no ha encontrado formas de enfrentarse efectivamente al
mismo. ¿Qué hacer? En primer lugar, está la ayuda directa a la
oposición. Obviamente, es relativamente fácil para el gobierno impedir
la ayuda a las organizaciones locales. Sin embargo, es posible superar
esos obstáculos. Quisiera ver dirigida la extraordinaria energía de
estos amigos hacia esos objetivos. La dictadura no puede resolver
ninguno de los enormes problemas del pueblo cubano. ¿Cómo podría hacerlo
si ella misma es la causa de los mismos? Sin embargo, eso no significa
que esté con los brazos cruzados. Todo lo contrario. En todo el país
está promoviendo cuadros jóvenes que se ponen en contacto con la
población, escuchan sus problemas y tratan de resolverlos dentro del
marco de unas limitaciones aceptadas. Sin embargo, es una política que
gana simpatizantes. Estos jóvenes tratan la falta de recursos no como si
fuera la responsabilidad de su gobierno sino como si fuera la culpa de
enemigos externos. Suponen que Estados Unidos, España y otros países
democráticos debieran ayudar generosamente a Cuba, ignorando que su
gobierno ha sido un aliado tradicional de cuanta organización terrorista
hay en el mundo, empezando por ETA.

tención. A pesar de todo, muchos de ellos consiguen simpatías dentro de
la población. En primer lugar porque no hay otras figuras visibles. Sin
embargo, al mismo tiempo, se ha estado desarrollando el movimiento de
los municipios de oposición que tiene la extraordinaria virtud de ser un
movimiento en la base. No depende de unos pocos dirigentes nacionales.
Si alguno de sus miembros es preso, rápidamente puede ser sustituido.
Además, sólo luchan a favor de demandas concretas y locales. ¿Por qué
llevarse preso al que protesta por una calle intransitable o una tubería
rota? Ellos son el verdadero relevo de los actuales gobernantes. Son su
relevo en la base. Todos tenemos que estar atentos a su sorprendente
desarrollo.

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ADOLFO RIVERO CARO: Una reconciliación inexistente - Columnas de Opinión
sobre Cuba - ElNuevoHerald.com (16 January 2010)
http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/columnas-de-opinion/v-fullstory/story/629661.html

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