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Tuesday, May 06, 2008

La ruta del olvido

La ruta del olvido

Juan Carlos Reyes Ocaña, Holguín Press

HOLGUÍN, Cuba, mayo (www.cubanet.org) - Dice un viejo proverbio que al
hombre bueno se le recuerda con bendiciones y que al malvado muy pronto,
todos lo olvidan.

Esta sentencia -a mi modo de ver- encierra una verdad irrefutable. Es
impresionante como las personas sepultan literalmente en vida a aquellos
que a su paso por la tierra sólo nos dejan tristes recuerdos.

Luego de la sucesión del poder en Cuba y el levantamiento de algunas
prohibiciones por el nuevo mandatario, la gente especula en las calles y
casas. Los cubanos debaten en plena vía pública sus anhelos, propios de
una sociedad marginada por tantos años.

Lo significativo de las controversias es que para nada se menciona a
Fidel Castro, quien parece haber pasado en vida a la categoría de
fantasma, y quien para muchos ya ni existe. Se supone que un hombre que
estuvo por casi 50 años gobernando y que, según los resultados
electorales, siempre fue elegido por mayoría, debió dejar su impronta en
el corazón del pueblo. Sin embargo, este silencio y este olvido
colectivo demuestran lo contrario.

El cubano poco a poco se quita el antifaz con el cual ha vivido medio
siglo y comienza a demostrar su inconformidad con los métodos de
centralización estatal impuestos por el Comandante en Jefe durante tanto
tiempo.

Obviar a Fidel Castro, es además una forma pasiva de expresar la
necesidad de un cambio y decir que, por supuesto, él y sus ideas no son
bienvenidos. Esta amnesia forma parte de un sentimiento de alivio para
todos los cubanos, que ya no se ven forzados a verlo simultáneamente en
los 4 canales de televisión atormentándonos con aquellos discursos
interminables y absurdos.

Asumo que hasta para los funcionarios gubernamentales ha sido
beneficiosa la desaparición pública del hombre que en tantas ocasiones
les hizo pasar malos ratos, ridiculizándolos y humillándolos hasta por
televisión.

Por suerte la única vía de comunicación abierta entre el inquilino de
Punto 0 y nosotros es el periódico Gramma, a través de sus reflexiones,
desde donde continúa delirando y dándonos más de lo mismo. Pero, ¿quién
realmente escribirá las reflexiones; y, aún más, quién las leerá?

Lo importante es comprobar finalmente que nada es eterno. El que creyó
que el recuerdo del comandante sería proporcional a la duración de su
gobierno, no tendrá más remedio que reconocer su equivocación. No es
cuánto tiempo estuvo un gobernante gobernando a un pueblo lo que
demuestra que ese pueblo lo quería. Hubiera sido bueno que alguna vez
Castro nos hubiera preguntado si en realidad lo queríamos como
gobernante; algo que nunca hizo. Sus razones tenía.

http://www.cubanet.org/CNews/y08/may08/06cronica4.html

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