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Friday, May 09, 2008

EL DÍA MÁS IMPORTANTE

EL DÍA MÁS IMPORTANTE
2008-05-08.
Aimée Cabrera, Periodista Independiente

Es bien cierto que, para el cubano, cualquier día sirve para homenajear
a la madre, mas el segundo domingo de mayo, sigue siendo el día más
importante del año, por encima de fechas transcendentales, ya que la
mujer, en su grandeza, concibe por obra y gracia de su amor, y despliega
la savia de su corazón a todo lo que toca o está cercano a ella.

La madre, en Cuba, constituye un personaje sagrado, obviándose detalles
como la raza, la edad, el parentesco, o el status social , ella es todo
una figura especial, que puede ser hasta adorada como si fuera una diosa
o una santa, si su calidad humana así lo amerita. Si no hay para el
consabido regalo de esa fecha, al menos, se le felicita con un sentido beso.

La prensa oficialista comenzó a publicar las ofertas para Mamá, con un
mes de antelación. Los más inocentes llegaron a la Feria del Pabellón
Cuba, buscando los posibles regalos en moneda nacional, como siempre,
solo existe un stand en pesos cubanos, con lo mismo de todas las ferias
que se celebran en este recinto durante el año.

La venta de tortas o cakes en pesos ha subido de precio y la demanda es
mayor que la oferta. Los pocos establecimientos donde se pueden adquirir
son rodeados por aglomeraciones de personas que, ansiosas son proclives
a discusiones y reyertas. Los particulares que hacen cakes, aumentan sus
entradas, aunque muchas personas no puedan pagar sus honorarios.

La gran crisis de las tiendas recaudadoras de divisas muestra muy poco y
muy caro, para el que tiene que hacer varios regalos. Las variantes
particulares aparecen de súbito como las agarraderas de cazuelas, paños
de cocina, y otras variantes de utilidad para el hogar. Aún hay quienes
crean adornos un tanto cursis, pero que resuelven para no llegar a casa
de la homenajeada, "con las manos vacías".

En ese caso está una anciana del barrio de Cayo Hueso, en el municipio
capitalino de Centro Habana, que vende flores confeccionadas con algodón
y plástico, y otros ornamentos rudimentarios, los cuales pone en
exposición, a la entrada de su casa, y logra vender antes del sábado.
Ella sonríe satisfecha cada año, pues de esa manera, logra aumentar sus
ingresos .

Los que solo tienen la triste variante de estar un rato con la memoria
de la autora de sus días en el cementerio, van llegando a la necrópolis
desde horas bien tempranas, alrededor del campo santo se sitúan
vendedores de flores, con precios módicos y en la Iglesia, del
Cementerio de Colón, no caben las personas durante los horarios de misas.

Para las que estén este año, entre su familia, amistades y vecinos,
todas, o casi todas tendrán la bendición de pasar un día en un clima de
primera que ahuyentará todo vestigio de mal tiempo, a pesar de que es
lamentable observar, como aumenta el número de las que no pueden pasar
esa festividad con todos sus hijos, por cuestiones irrevocables.

Para ellas la más sentida y especia veneración; son varias las que
tienen el sufrir por las condenas de sus hijos en las cárceles, o la
pérdida de éstos en las tenebrosas travesías por mar. Solo les queda el
consuelo y el refugio en otros familiares y conocidos, los cuales nunca
podrán sustituir la irremediable ausencia.

El Día de las Madres es casi imposible comunicarse con Cuba por vía
telefónica. Las que están aquí se despiertan bien temprano y después de
acicalarse se sientan cerca del teléfono esperando la ansiada llamada,
preferiblemente con una foto, para así escuchar la voz querida y el
mensaje a veces muy corto si se cae la línea.

Si ella está fuera de la Isla, todo es bastante parecido, al sentir la
misma ansiedad por saber todo lo concerniente a la familia y a los
amigos más allegados, cualquier suceso intrascendente cobra vida en sus
oídos, por su parte, ella se las arregla como nadie, para transmitir
todo su espíritu a quienes la escuchan.

Es éste, un día especial que crea un paréntesis de amor, en la vida de
los que vivimos dentro y fuera de la Isla. Hay hijos e hijas que no se
consuelan con llevar a la autora de sus días en el corazón, desde que
salieron de Cuba para no poder regresar, las lágrimas de ese domingo de
mayo se convierten en un manojo de flores frescas que hacen un
imaginario viaje de añoranzas para caer en el vacío de los recuerdos más
íntimos.

"La esperanza es lo último que se pierde", dice un viejo dicho, y se
acercan los tiempos , de nuevos cambios , en pos de la tan esperada
unificación de la familia cubana. Cuando todos podamos viajar sin
restricciones, para compartir, junto a cada madre, tan señalada y feliz
fecha.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=15235

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