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Monday, May 26, 2008

CON MISIÓN SE ES TODO, SIN MISIÓN NO SE ES NADA

CON MISIÓN SE ES TODO, SIN MISIÓN NO SE ES NADA
2008-05-25.
Oscar Ayala Muñoz, Agencia de Prensa Libre Avileña, APLA, Corresponsalía
en Ciego de Ávila de Misceláneas de Cuba

23 de Mayo de 2008.- Lograr en dos o tres años en el extranjero, lo que
no es posible toda la vida en Cuba, se ha convertido en un principio
rector de todos cuantos se disponen o aspiran a cumplir misiones
internacionales. Sin lugar a dudas, este marcado interés se contrapone a
los objetivos cardinales con los que los clásicos del marxismo-leninismo
conformaron el fundamento ideológico del internacionalismo proletario.

Actualmente en las ramas de la salud, la educación y el deporte,
fundamentalmente, se crean listados oficiales del personal necesario e
idóneo para el cumplimiento de misiones internacionalistas en diversas
partes del mundo. El requisito principal para integrar estos listados,
sigue siendo, por supuesto, ser fiel seguidor de la ideología
oficialista, o al menos aparentarlo.

Sin embargo, en medio de esta limitante, cada vez mas el gobierno toma
en cuenta la situación económica de los trabajadores, especialmente de
sus profesionales, por ser su especifico preponderante en la asistencia
al exterior. Hoy día se aprecia claramente como este trata de elevar y
al mismo tiempo equiparar el nivel de vida de estos profesionales
enviándolos al extranjero, donde la tan criticada economía de mercado
parece dar un boca a boca a decenas de miles de cubanos insatisfechos.

Todos los propuestos a internacionalistas, cada día en aumento, suelen
llevar los listados a punta de lápiz, razón por la cual conocen
perfectamente, quienes están por arriba o por debajo, cuantos causaron
bajas por determinadas razones, así como los méritos personales que
afianzan a cada uno en la programación de salidas, entre otros aspectos.
La violación de estos listados,, es decir, cambiar el orden de los
registrados o incorporar personal de ultima hora, puede dar a lugar a
pleitos o resentimientos que a veces desembocan en graves problemas
personales.

Ya no existen obstáculos ni justificaciones capaces de impedir el
cumplimiento de una misión. La aproximación de tan anhelada meta,
moviliza de inmediato, no da lugar a tregua alguna; enseguida comienzan
los preparativos, el acomodo necesario y la preparación psicológica que
viene a justificar el abandono de cualquier responsabilidad personal o
familiar dentro del territorio nacional por importante que sea, lo cual
tiene colofón, en el caso de las mujeres, confiar a otras la lactancia
de sus hijos recién nacidos; en fin, siempre se es fiel a aquella frase
enaltecedora de doble filo que hizo época en las dos primeras décadas
del triunfo revolucionario: Siempre se puede más.

Es cierto que todo cuanto se hace tiene que ver con el cumplimiento de
un deber sagrado, que no es precisamente el de llevar la ayuda solidaria
a otras naciones que lo necesitan, sino el de abarrotar los hogares de
equipos electrodomésticos, adquirir un automóvil, reparar o construir
una vivienda, en concreto, lo que en el mundo entero se entiende por
vivir decorosamente.

En el caso de las disposiciones para cumplir misiones internacionalistas
sucede todo lo contrario a cuando las administraciones y las secciones
sindicales convocan a trabajos voluntarios, momento en el que surgen los
más insólitos subterfugios para evadirlos por parte de los trabajadores.

Lo que muchos años atrás fuera un principio básico en la actividad de
los comunistas del mundo entero, el internacionalismo proletario, que
previa, al menos en teoría, la solidaridad y la ayuda mutua entre todos
los trabajadores sin distinción de fronteras, razas o credos religiosos,
ahora en Cuba renace como instrumento para aliviar las dificultades
internas, aquellas que en definitiva se resumen en la insatisfacción
económica y espiritual de las personas.

El internacionalismo proletario actúa como válvula de escape, llamada a
salvar o a cubrir la ineficiencia económica de tantos años, la
dilapidación de recursos en función de la política, la corrupción y el
inmovilismo social en todos los ordenes. De aquí que los cubanos hayan
hecho de las misiones internacionalistas un fetiche, una especie de
milagro salvador, que no sin razón podríamos resumir en una frase: Con
Misión Internacionalista Se Es Todo, Sin Misión No Se Es Nada.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=15499

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