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Sunday, August 05, 2007

Un refugio entre los polos de la política cubana

Publicado el domingo 05 de augusto del 2007

Un refugio entre los polos de la política cubana
MADRID

MIRTA OJITO / NYT
Seguramente ésta no es la única ciudad del mundo en la que un puñado de
cubanos pueden pasar un día juntos y evitar una conversación sobre
política. Sin embargo, ciertamente ésta es la preferida para artistas e
intelectuales cubanos de todas filiaciones políticas, los cuales
encuentran aquí la libertad que nunca pudieron tener en La Habana y las
oportunidades que pudieran eludirlos en Miami, ambas ciudades
polarizantes en el interminable debate acerca de Fidel Castro y la
naturaleza del exilio.

No es de extrañar que hace poco, en un estudio sin ninguna
característica saliente en esta localidad, dos cubanos que estuvieron
separados por años a causa de la política se unieron para grabar un
álbum y anunciar su primera gira de conciertos trabajando juntos por
España. Se trataba del legendario pianista Bebo Valdés, de 88 años de
edad, quien salió de Cuba en 1960 y ha jurado no volver hasta que un
gobierno democrático esté al frente en la isla, y su hijo, el pianista
de jazz Chucho Valdés, de 65 años, quien tiene una casa en La Habana y
sigue informando al Ministerio de Cultura cubano sobre su paradero
artístico.

Con dos exiliados cubanos de Miami, el productor Nat Chediak y su
esposa, Conchita Espinosa, así como un cineasta cubano-estadounidense,
Carlos Carcas, quien fue educado en Miami y vive en Madrid, hablaron en
su mayoría acerca de la música, lo cual no es algo inusual en una ciudad
que se ha convertido en un acogedor terreno neutral para los muchos y
grandes artistas e intelectuales cubanos que viven aquí.

''Madrid ha sido uno de los pocos lugares en el mundo donde ellos han
sido capaces de encontrar un respiro'', destacó Chediak.

Expresiones culturales --desde literatura hasta música-- que bajo ningún
motivo podrían tener cabida en La Habana debido a la censura
gubernamental, amén que pudiera ser difícil negociarlas en Miami, debido
a que la ferviente política de algunos exiliados cubanos está
encontrando una salida y un público en el país que muchos cubanos aún
llaman, y no siempre en broma, la Madre Patria.

Las razones varían, y van desde la herencia y el idioma compartidos de
Cuba con España hasta el hecho que para muchos cubanos, La Habana y
Miami siguen siendo los dos extremos de un espectro político que obliga
a los cubanos a definirse tomando una sola, aunque crucial, decisión: el
rechazo o la aceptación del gobierno de los hermanos Castro al optar por
el exilio o permanecer en la isla. Madrid acepta esta ambigüedad.

''En Cuba y en Miami, no hay terreno intermedio'', destacó Boris
Larramendi, de 37 años de edad, uno de los principales músicos de Habana
Abierta, grupo que ya ha sacado tres álbumes en Madrid y ha tocado tanto
en Cuba como en Miami. ``Aquí, puedes sentir cierta distancia respecto
de ambos extremos y asumir ciertas posiciones que sería difícil sostener
en La Habana o en Miami, particularmente en Cuba, donde sé que si yo
dijera lo que digo aquí, estaría encarcelado''.

Artistas e intelectuales cubanos que viven en Madrid dicen que ellos no
necesariamente rechazan la opción de vivir en el sur de la Florida.
España sencillamente se ha convertido en un país al que es más fácil
llegar, debido a que el gobierno cubano es más flexible con los permisos
de salida para Europa que para Estados Unidos. Quienes deciden
permanecer aquí encuentran una actitud acogedora debido a los familiares
vínculos que han unido por generaciones a los dos países.

Las políticas de Washington, de manera similar, han contribuido a la
proliferación de intelectuales cubanos aquí. Si bien académicos y
artistas cubanos viajaban libremente a ciudades como Nueva York, Chicago
y Miami hace una década, durante los años de gobierno del presidente
Bill Clinton, y regresaban --o no-- a la isla, la administración Bush ha
reducido severamente ese tipo de intercambios culturales. Ahora, esos
intercambios más bien se están dando en las universidades, cafés y salas
de conciertos de España.

Resulta difícil precisar quién entre los cubanos que están aquí se
propone quedarse o está meramente de paso. Kelvis Ochoa, uno de los
principales músicos de Habana Abierta, por ejemplo, actualmente está en
Cuba. Larramendi dijo que él no sabía si Ochoa planeaba regresar o
permanecer aquí. No ha preguntado.

Algunos compositores y músicos aseguran que ellos nunca más vivirán bajo
el gobierno de Castro en Cuba; otros se muestran reacios a comprometerse
en público a cualquier posición política, por temor a que no les
permitan regresar con sus familiares en la isla. El resultado es una
puerta giratoria de intelectuales y artistas cubanos que mantiene
ocupados a los medios locales escribiendo acerca de temas relacionados
con Cuba.

''Aquí, lo importante es tu obra, no tu biografía'', destacó Antonio
José Ponte, escritor cubano de 42 años de edad, quien ha vivido en
Madrid desde hace un año. ``En una ciudad como Miami, la gente quiere
saber quién eres, qué piensas, cuándo te marchaste. Quieren saber con
quién están hablando. Aquí, sin embargo, los contornos son más tenues''.

No obstante lo anterior, Ponte dijo que comprendía esa impaciencia por
saber: ``Es la naturaleza del estado alterado y confuso de ser un
exiliado''.

La creciente importancia de España en la vida cultural de Cuba es el
giro más reciente en las relaciones entre ambos países. En el siglo XIX,
cuando los cubanos libraban una guerra en contra de España para obtener
su independencia, los rebeldes eran enviados a este lugar como una forma
de castigo. Más tarde, muchos españoles que huían de la Guerra Civil en
el país encontraron refugio en Cuba. Además, en los años 60, refugiados
cubanos que huían de Castro encontraron un lugar seguro aquí, pero, con
el tiempo, la mayoría se mudó a Miami o Puerto Rico para estar más cerca
de Cuba y la comunidad de exiliados. Hoy día, para quienes están
impacientes por tener estrecho contacto con artistas y pensadores
cubanos, Madrid se ha convertido en una parada obligada.

''Ha sido un proceso accidental y lento'', comentó Raúl Rivero, quien
dejó Cuba para ir a Madrid en la primavera del 2005, tras dos años de
encarcelamiento por su obra como periodista independiente y disidente.

Incluso si ellos pudieran viajar a Miami --ciudad que, a decir de
Rivero, se ha vuelto más abierta para aceptar diferentes puntos de vista
en años recientes-- muchos artistas e intelectuales optan por quedarse
aquí por ''razones prácticas''. Ellos cuentan con el respaldo de casas
editoriales, galerías de arte e incluso las industrias del cine y la
televisión, en un país donde el mercado en la lengua castellana no es un
nicho de los negocios, sino el único que hay.

No obstante, Rivero dijo que viajar a Miami era un problema para los
intelectuales y artistas cubanos que sencillamente estaban de paso, ya
que el gobierno cubano escrutaba dichas visitas.

Algunos artistas, como Chucho Valdés, han alcanzado tales cimas de
popularidad y realización profesional que tienen mucha más libertad en
comparación con artistas más jóvenes, que apenas están surgiendo. Valdés
dijo que él había tocado en Miami sin enfrentar ninguna repercusión, ni
de la comunidad en el exilio ni del gobierno cubano. El le informa al
Ministerio de Cultura cubano sobre los lugares en que se presenta, mas
no busca permiso, aclaró.

Le encantaría tocar en La Habana junto a su padre, dijo. Después hizo
una pausa. ``Sin embargo, no sé si Bebo estaría dispuesto a ir. Esa es
una historia diferente''.

Su padre dijo que no había razón para que él volviera a Cuba.

''Si el régimen cambia y hay una Constitución y yo no tengo que pedirle
permiso a nadie para regresar a mi propio país, entonces volveré y
tocaré'', aseguró. ``Y ese sería un día muy feliz''.

http://www.elnuevoherald.com/212/story/74383.html

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