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Wednesday, January 03, 2007

La incognita Raul Castro

La incógnita Raúl Castro

Por primera vez desde 1959 Fidel Castro no es el protagonista absoluto
de la política en el 48º aniversario de la revolución cubana

Mauricio Vicent. El País, España, 02 de enero de 2007.

La Habana - La revolución cubana cumplió ayer 48 años en condiciones
excepcionales: por primera vez desde el 1 de enero 1959, no es Fidel
Castro, sino su hermano Raúl, el protagonista de la escena política.
Desde hace cinco meses, el jefe del Ejército cubano encabeza un Gobierno
colectivo que cada día parece más sólido y menos "provisional".

Raúl encabeza un Gobierno que cada día parece más sólido y menos
"provisional"

La revolución cubana cumplió ayer 48 años en condiciones excepcionales:
por primera vez desde el 1 de enero 1959, no es Fidel Castro, sino su
hermano Raúl, el protagonista de la escena política. Desde hace cinco
meses, el jefe del Ejército cubano encabeza un Gobierno colectivo que
cada día parece más sólido y menos "provisional" y que ha establecido ya
un nuevo estilo de dirección, muy diferente al de Fidel en las formas.

Las últimas apariciones públicas de Raúl Castro han proyectado la imagen
de que, se restablezca o no el comandante, Cuba se adentra en un nuevo
momento político. Y muchos cubanos esperan que, poco a poco, en la isla
empiecen a producirse cambios.

Las expectativas e incógnitas alrededor de lo que podría hacer el
Gobierno de Raúl, sobre todo en el terreno económico, son tan grandes
como el misterio que envuelve la salud de Fidel Castro.

Desde el 31 de julio pasado, cuando el líder comunista dio a conocer su
enfermedad y delegó "provisionalmente" todos sus poderes en un equipo de
siete personas, la línea oficial no es otra que el consabido "Fidel se
recupera y regresará". Pero el tono de los últimos discursos de algunos
dirigentes, y sobre todo las sonadas ausencias del mandatario en los
homenajes por su 80º cumpleaños, parecieron confirmar los rumores que
-dentro y fuera de la isla- apuntaban a un agravamiento súbito de la
enfermedad del mandatario.

El viaje reciente a La Habana del médico español jefe del servicio de
cirugía del hospital Gregorio Marañón, José Luís García Sabrido, para
reconocer al comandante, sirvió para desmentir las especulaciones sobre
un supuesto cáncer terminal y certificar la tesis oficial de la
"recuperación lenta pero satisfactoria" de Castro. Sin embargo, las
señales de que el Gobierno interino se consolida son visibles, e incluso
muchos funcionarios parecen haber aceptado que si Fidel logra superar la
crisis regresaría a la vida política en un papel más simbólico y alejado
del día a día.

El 20 de diciembre, durante el acto de clausura del VII Congreso de la
Federación de Estudiantes Universitarios, Raúl esbozó a las claras
cuáles eran las características de su estilo de dirección y cuáles las
líneas maestras para garantizar el relevo de Fidel y la "continuidad" de
la revolución.

Ante los estudiantes, Raúl dijo lo que había dicho antes el
vicepresidente Carlos Lage: Fidel es "insustituible" y nadie lo imitará,
ahora o después de su muerte, porque fracasaría. El ministro de las
Fuerzas Armadas -que no hay que olvidar, es también vicepresidente
primero del Consejo de Estado y segundo secretario del Partido Comunista
de Cuba (PCC)-, aseguró que el encargado de suceder a su hermano mayor
no es una persona sino una institución, el PCC, bajo una dirección
colectiva. Dijo, además, que se favorecería el debate y la discrepancia
y que se repartirán funciones como nuevo método de gobierno, y que los
dirigentes históricos cederán "paulatinamente" el poder a las nuevas
generaciones.

Dos días después de estas declaraciones programáticas, el Parlamento
cubano realizó su segunda reunión ordinaria del año. Sentado junto a la
silla vacía del comandante, Raúl llevó los debates con un estilo
directo, haciendo buena su fama de dirigente práctico y con los pies
puestos en la tierra. Cuando algunos funcionarios empezaron con la
habitual retórica burocrática y justificativa, el jefe del Ejército
pidió a ministros y diputados que no dieran evasivas sobre problemas
reales que afectan a la gente. "De justificaciones estamos cansados en
esta revolución", afirmó.

Un empresario extranjero con inversiones en el sector agrícola cubano
quedó "sorprendido" de cómo Raúl Castro enfocó el tema de la
ineficiencia y la falta de productividad de este sector, "cuando echó un
rapapolvo a los responsables estatales de impagos de deudas a
cooperativistas y campesinos privados". "¿Cómo el país piensa
incrementar la entrega de alimentos a la población si, por trabas
burocráticas, no se cumplen las obligaciones contractuales de pago con
estos productores, que aportan hoy el 65% de la producción
agropecuaria", preguntó el jefe del Ejército. Acto seguido, pidió que en
la próxima reunión se presentara un informe "concreto" sobre las causas
y soluciones de este conflicto.

De igual modo, al abordarse los problemas del transporte y la vivienda,
dos de los que más castigan a la población, el general mostró un talante
"práctico y nada complaciente", a juicio de un embajador europeo
invitado a la inauguración de la sesión parlamentaria. Según este
diplomático, el "nuevo tono" de Raúl y su preocupación por "la
efectividad y los resultados" no significan en modo alguno que el
ministro vaya a impulsar cambios estructurales, y mucho menos de rumbo:
"La etapa en la que estamos es la de intentar hacer más eficiente el
sistema".

Un economista cubano recuerda cómo en el pasado Raúl impulsó el
denominado "perfeccionamiento empresarial" dentro de las empresas
militares a su cargo. "A mediados de los años ochenta, cuando el país
por iniciativa de Fidel estaba inmerso en el Periodo de Rectificación de
Errores, que supuso una vuelta a los estímulos morales, el cierre de
mecanismos económicos de mercado que habían resurgido en la isla, y en
definitiva el regreso a la economía centralizada, Raúl ensayó fórmulas
que iban en una línea totalmente opuesta dentro de las Fuerzas Armadas".

El perfeccionamiento implicó fundamentalmente descentralización,
autonomía empresarial y la restitución de una serie de mecanismos
financieros, como la vinculación directa entre salario y resultados para
estimular la productividad, sin impedimentos para que algunos cubanos
ganaran mucho más que otros. "También Raúl, en medio del Periodo
Especial, fue responsable de la reapertura de los mercados
agropecuarios, regidos por la ley de la oferta y la demanda", señala el
economista.

Siempre se ha dicho que Raúl ve con interés las experiencias socialistas
de China y Vietnam, países en los que estuvo por última vez en 2005. Y
son bastantes los cubanos que apuestan porque su Gobierno propiciará una
paulatina apertura "a lo vietnamita", por supuesto sin ceder poder
político, aunque sabiendo que, en economía, unos cambios conllevan a otros.

"En este momento todo son expectativas e incógnitas; Raúl sigue siendo
un enigma, y es demasiado pronto para despejarlo", asegura un
diplomático latinoamericano, y así opina buena parte de la población. El
argumento más sólido de los que piensan que el ajedrez económico cubano
se moverá en 2007 es "la necesidad objetiva de que haya cambios
económicos". Los más pesimistas aseguran que el "nuevo estilo" de Raúl
se quedará sólo en las formas, cero contenido, más de lo mismo. Sin
embargo, los defensores de que habrá cambios arguyen que si se busca
productividad y resultados, hay que incentivarlos y admitir experiencias
hasta ahora rechazadas. Raúl, dicen, estaría dispuesto a ello, pues esta
informado del estado de ánimo en la calle y es sensible a las
expectativas populares, que son grandes. Sabe, además, que lo que está
en juego es nada menos que la "continuidad" de la revolución.

¿Una Cuba socialista, pero diferente?

"Ahora cualquier señal es importante", aseguraba, al calor de un mojito
y de un plato de puerco asado, y bien entrada la noche, un cubano de a
pie en una fiesta de fin de año. Una semana después de la reunión del
Parlamento, el diario oficial Granma publicó un extenso artículo sobre
el encuentro sostenido por Raúl con un grupo de "productores destacados
de la agricultura urbana".

Casi al terminar el reportaje, Granma reseñaba que el jefe del Ejército
"reiteró que siempre que los productores cosechen mucho y sobre todo que
vendan a precios módicos, no importa lo que ganen por mes".

La cita no pasó desapercibida a los que se afanan por descubrir pistas
de por donde podrían ir las cosas en 2007. "Fidel es alérgico al dinero
y a que la gente se enriquezca; Raúl no", señalaba un empresario
extranjero, que llamaba la atención sobre otro artículo, publicado el 31
de diciembre por Juventud Rebelde.

Bajo el título de "Dibujo de la Cuba futura", el diario resumía los
resultados de una inusual encuesta realizada a 280 cubanos sobre como
imaginaban su país en 2020. Todos "sin excepción" hablaron de la
necesidad de mejoras económicas, y en especial de que el salario recobre
el valor que hoy no tiene. "Que con nuestro dinero, en el 2020 podamos
asistir a todos los lugares", dijo uno; otros, "que haya una Cuba
socialista con mayúscula, diferente pero igual a la de hoy".

En el Parlamento, Raúl alentó a la prensa cubana a jugar un nuevo papel
en este momento histórico de la revolución. Pero un fiel advertía:
"Quien intente contraponer las ideas y la práctica de Fidel y Raúl no
entenderá nada. Todo lo que esta pasando está perfectamente cuadrado
entre los dos hermanos, como siempre ha sido desde 1959".

http://www.cubanet.org/CNews/y07/jan07/02o9.htm

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