El cubano y la candela (I parte)
Oscar Mario González
LA HABANA, Cuba - Enero (www.cubanet.org) - Ignoro las razones, pero el
cubano, sin llegar a ser pirómano, tiene una marcada propensión al
fuego. Esta tendencia es tan vieja que antecede al nacimiento de la
nacionalidad.
Por eso, es motivo de orgullo para un cubano que alguien le diga: "Oye,
eres la candela", pues, generalmente, "ser la candela" implica que uno
es un tipo "entimbalao", hacendoso, diligente, busca vida, entre otras
virtudes.
No en balde, el mayor monumento funerario del cementerio de Colón guarda
los restos de los 28 bomberos que, en 1890, ofrendaron sus vidas
apagando el fuego en el almacén de una famosa ferretería de la Habana Vieja.
Tampoco es casualidad que el cuerpo de bomberos, como institución de
servicio público, haya sido creado en fecha tan remota como 1696, en la
provincia Las Villas, cuando aún no se había fundado la ciudad de Santa
Clara. Entonces ser bombero era una opción voluntaria. Pero voluntaria
de verdad, aunque las generaciones más jóvenes de Cuba no lo crean.
Luego, por supuesto el oficio adquirió categoría profesional.
La "vocación" del cubano por el fuego quedó sintetizada en aquella
célebre frase del general Francisco Tabernilla, jefe del ejército del
dictador Fulgencio Batista cuando, respondiendo a la pregunta sobre un
posible diálogo con los rebeldes de la Sierra Maestra para evitar
derramamientos de sangre, respondió:
-Lo único que hay que hacer es darle candela al jarro hasta que suelte
el fondo.
El jarro no soltó nada, y en la madrugada del primero de enero de 1959,
el general fue uno de los pocos que pudo subirse al avión para poner sus
pies en polvorosa, al grito de: ¡Patica, pa´que te quiero!
Retomando esta peculiaridad tan criolla, la revolución cubana puso de
moda aquella conga que los jóvenes de entonces coreaban a viva voz:
La ORI, la ORI,
la ORI es la candela.
No le diga ORI,
dígale candela.
La ORI (Organizaciones Revolucionarias Integradas), fue el primer
aguijón clavado en el corazón de la república. Se trataba de la
integración de todas las organizaciones que habían participado en la
lucha insurreccional contra la dictadura. Más tarde, la ORI se convirtió
en el PURS (Parido Unido de la Revolución Socialista), y luego el PURS
tomó el nombre de Partido Comunista de Cuba.
Las organizaciones unificadas en la ORI, a saber, fueron: Movimiento 26
de Julio, Directorio Revolucionario 13 de Marzo, Organización Auténtica
y Partido Socialista Popular, marxista, heredero del primer Partido
Comunista, fundado por Carlos Baliño y Julio Antonio Mella en 1925. Por
esta razón, resultó un gesto insólito y hasta entonces desconocido, que
la organización se auto aniquilara como Chacumbele (el mismito se
"ñampeó") dándose candela con una mezcla de luz brillante y alcohol
verde olivo.
A la ORI, que según la conga era la candela, le dieron candela. Y no
quedaron ni las cenizas. Muchos de los miembros de la ORI
(principalmente militantes del antiguo PSP) integraron después lo que el
gobierno calificó como "microfracción". Algunos fueron a la cárcel,
otros al exilio y a la oposición interna.
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