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Tuesday, January 02, 2007

Diagnostico oficial

Posted on Wed, Jan. 31, 2007

Diagnóstico oficial
ALEJANDRO ARMENGOL

Una segunda opinión médica... ¿o una operación de propaganda? Los
resultados más importantes de la visita a Cuba del cirujano español José
Luis García Sabrido expresados hasta el momento están más cercanos a una
reafirmación de la posición del régimen de La Habana que a una
evaluación independiente del caso.

Si el destacado profesional fue a Cuba para cumplir una petición de la
familia del gobernante cubano --como afirma el diario barcelonés que
tuvo la primicia sobre el viaje-- y brindar una evaluación sobre la
salud del jefe de Estado, lo que ha trascendido de su labor más parece
una ayuda al gobierno cubano, en su intento por calmar las inquietudes
al respecto, que un ejemplo de la difícil tarea de alcanzar un diagnóstico.

Lejos estoy de cuestionar la integridad profesional de tan destacado
cirujano. Lo que quiero es señalar la singularidad del enfermo. García
Sabrido afirma que Fidel Castro es un ''paciente excepcional'', esta
excepcionalidad --agregaría que excepcionalidad política-- pesa demasiado.

Si bien hay que respetar las palabras del facultativo, cuando dice que
el gobernante ''no deja de ser un paciente, y yo soy médico y me debo a
mi profesión'', no por ello se puede pasar por alto que es evidente que
el rigor profesional aplicado durante el reconocimiento no fue el mismo
que luego, en la conferencia de prensa que el cirujano ofreció a su
regreso a España.

Las declaraciones de García Sabrido cumplieron un objetivo importante
para el régimen de La Habana: desmentir la versión de las agencias de
inteligencia norteamericana de que Castro padece un cáncer terminal. Es
la primera vez que una fuente con credibilidad científica apoya la
versión de los funcionarios cubanos y familiares del gobernante de que
éste no sufre un mal de este tipo.

Más allá de ese punto, el famoso ''secreto de Estado'' ha sido
ligeramente vulnerado en algunos puntos, pero se mantienen las incógnitas.

En primer lugar, no se sabe a ciencia cierta lo que padece el
gobernante. Como no se ha dado a conocer un diagnóstico, no hay cabida
para reafirmarlo o negarlo. El cirujano brindó una aclaración sobre lo
que no pasa, pero ninguna luz sobre lo que pasa. Digamos que ahora
contamos con una opinión autorizada, que nos dice que Fidel Castro no
padece de cáncer, pero que fundamenta su opinión no sólo en el examen
clínico que le realizó al ''paciente'', sino también en los resultados
de los exámenes realizados por los médicos cubanos.

El cirujano español no pasó por alto este hecho durante la conferencia
de prensa.

''Hasta donde yo conozco, desmiento absolutamente que tenga cáncer. No
tiene ningún tumor maligno. En un paciente de 80 años puede ocurrir
cualquier cosa, pero su situación es estable'', aseveró García Sabrido
en varias ocasiones, de acuerdo a la información aparecida en el diario
español El País.

En esta declaración, el médico alerta no una sino dos veces de que su
afirmación es condicional: ''Hasta donde yo conozco'' y ``en un paciente
de 80 años puede ocurrir cualquier cosa''.

Estas dos condicionales son muy importantes, ya que aclaran que el
facultativo no se compromete completamente con un diagnóstico alcanzado
con la ayuda de medios ajenos. Otras cuestiones, como que Fidel Castro
tiene ''una actividad intelectual intacta, fantástica'', son importantes
para juzgar la capacidad del mandatario para gobernar, pero no están
vinculadas directamente a la causa que lo mantiene alejado del poder.

En cuanto al estado de salud del gobernante, lo mejor que puede decirse
de las palabras de García Sabrido es que el facultativo enfatizó una
visión optimista.

''Lo que puedo decir es que el presidente Castro no padece ninguna
enfermedad maligna. Es un proceso benigno en el que ha tenido una serie
de complicaciones. Su condición ahora es estable y está en un proceso de
recuperación paulatina'', dijo durante la conferencia de prensa de
acuerdo a El Periódico de Cataluña.

La caracterización de un ''proceso benigno'' sólo es aceptable en
comparación con un cáncer (maligno), pero no es muy ''benigna'' una
enfermedad que ha obligado a Castro a permanecer ingresado por casi
cinco meses.

Este énfasis en lo positivo, incluso en lo cordial, se hace evidente de
nuevo cuando García Sabrido habla del reconocimiento médico que le
realizó a Castro.

''Examiné al presidente Castro durante una hora y pico, alrededor de 90
minutos, y le encontré muy lúcido, muy amable, ágil y simpático'',
manifestó el cirujano de acuerdo a El País.

Dos de las palabras utilizadas para caracterizar el estado de salud del
mandatario apuntan hacia una relación personal y no a un diagnóstico:
amable y simpático. ¡Pero es que no sólo mueren los malhumorados y pesados!

La Habana ha considerado necesario parar el rumor sobre la enfermedad
terminal de Castro. Para ello ha buscado la colaboración de un destacado
cirujano español. Más allá de este hecho, la interrogante mayor sigue en
pie: si es verdad que Castro mejora, ¿por qué no aparece?

aarmengol@herald.com

http://www.miami.com/mld/elnuevo/news/opinion/16358697.htm

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