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Wednesday, January 17, 2007

Destruccion Cultural

Destrucción Cultural
2007-01-16
Luis Alberto Ramírez, Secretario Ejecutivo del Frente para la Libertad
Total de Cuba

"En cuanto a mis funciones como ministro de cultura, en mi país y en
estas circunstancias, no tienen nada que ver con la de un administrador
de cuotas de 'libertad permisible en tiempo de guerra'. Creo que la
cultura entre nosotros es una buena expresión del espacio de libertad,
participación e intercambio de ideas que están en las bases de la
original democracia cubana..."

Sr. Abel Prieto
Ministro de Cultura de Cuba


En un país donde se impone el autoritarismo cultural, como es el caso de
Cuba, donde sus artistas tienen que inclinarse ante los estruendosos
manifiestos ignorantes del gran arte moral de un partido que no sabe
nada más sobre el tema que un vocabulario enormemente complejo, se puede
esperar que la definición de una "persona culta" sea aquélla que pueda
recitar de memoria los discursos del dictador.

El artista cubano se ríe de las torpezas y tambaleos de los regidores
culturales del partido cuando estos tienen que confrontar la estética.
Algunos de estos regidores incluso, hasta asumen que pueden juzgar el
estado mental de un autor al repasar sus escritos. Esto es algo
parecido a que un caracol dé su opinión sobre el *Paternón al
arrastrarse a través de sus relieves.

Como bien debe de saber el señor Ministro de Cultura, cualquier
compositor o autor capaz puede escribir en formas estéticas y puede
aproximar con su trabajo cualquier nivel emocional. Ningún artista que
trata de interpretar la vida es digno de ser llamado artista a menos que
pueda ver, casi con el mismo alcance, tanto la apatía como el regocijo.

Lo que el Ministro del gran-arte-moral-del-partido tal vez no pueda
comprender o no quiera aceptar, es que el artista trabaja con vida y
universos. Que éste puede manejar cualquier nivel de comunicación. Que
puede crear cualquier realidad, y que puede mejorar o inhibir cualquier
afinidad.

La estética, Ministro Compañero de Cultura, tiene mucho que ver con las
diferentes emociones y con el entrelazamiento de los diferentes impulsos
hacia la vida e impulsa a estos impulsos hacia la vida y hacia patrones
armoniosos lo suficientemente casuales y artísticos como para lograr lo
que el artista se propone lograr.

El artista, señor Abel Prieto, tiene un papel enorme en el realce de la
realidad de hoy y en la creación de la realidad del mañana. Éste opera
en una categoría adelante de la ciencia en relación a las necesidades y
a los requerimientos de los seres humanos. Usted mejor que nadie
debería saber que la elevación de una cultura se puede medir
directamente por el número de personas que trabajan en el campo de la
estética; y que un país, que en cualquier forma inhibe, suprime, excluye
o domina a sus artistas, es un país que está sentenciado a muerte.

El autoritarismo cultural que usted administra en nombre del partido,
siguiendo su línea usual de perversión de la verdad, de hablar infinita
y ásperamente sobre el subsidio del artista. Pero que subsidia sólo a
aquellos artistas que están dispuestos a trabajar para el estado
exactamente como lo dicta la política del estado; domina al artista y
prescribe lo que hará, lo que escribirá y lo que pensará. Esto señor
Prieto, está en controversia directa con la función del artista en una
sociedad. Debido a que el artista trata con realidades futuras, siempre
busca mejorías o cambios en la realidad existente.

Pero permítame decirle que comprendo perfectamente el por qué su partido
ejerce sin piedad su autoritarismo cultural. Es obvio, lo hace porque
bien sabe usted y el partido, que el artista, inevitablemente e
invariablemente, es un reveldía contra el status quo. El artista, día a
día, postulando las nuevas realidades del futuro, logra lo que tanto le
teme el partido: "una revolución pacífica".

Una cultura, señor Ministro de Cultura, es sólo tan grande como sus
sueños, y sus sueños son soñados por sus artistas. Cuando el nivel de
existencia del artista se vuelve impuro, también el arte se vuelve
impuro en deterioro de la sociedad. Como es nuestro triste caso en Cuba.

Ninguna sociedad en la que el arte es elevado y apoyado, en la que el
escritor, el músico, el poeta o el arquitecto tienen alguna estabilidad
o posición, toleraría la teoría desacreditada de su partido de que el
destino más alto del Hombre es ser un esclavo del estado, ya que si la
industria, el comercio y los proyectos materiales de una nación libre
son llevados en los hombros de unos cuantos hombres y mujeres capaces,
entonces el honor y la gloria de esa nación es llevado y realzado por el
artista.

Todo ser humano puede actuar mal señor Ministro, pero también puede
reconocer su fallo y cambiar de una segura ruta al infierno a una ruta
que lo conduzca al éxito, la gloria y la admiración de sus semejantes.
Despierte usted y ayude a que nuestra nación pueda beneficiarse de
verdad de los sueños que sueñan nuestros artista. Haga usted realidad
sus propias palabras: "En cuanto a mis funciones como ministro de
cultura, en mi país y en estas circunstancias, no tienen nada que ver
con la de un administrador de cuotas de 'libertad permisible en tiempo
de guerra'. Creo que la cultura entre nosotros es una buena expresión
del espacio de libertad, participación e intercambio de ideas que están
en las bases de la original democracia cubana".

Y yo añadiría, en verdadera libertad total.

*EL PATERNÓN: Fue el gran monumento de Atenas a las diosas tutelares de
la ciudad y así misma, el emblema tanto de la piedad como del poder
imperial recién hallado. La elección de Pericles para supervisar el
proyecto no recayó en un arquitecto sino en un escultor, de hecho el más
grande escultor de la época: Fidias. El diseñó el templo que iba a ser
el mas grande jamás construido en Grecia; pero también tenia en mente
sutiles rasgos que no resultan obvios a la primera mirada. Las columnas
del Paternón se ahusan y se inclinan hacia adentro muy ligeramente, sus
estrías se hacen menos profundas cerca de la parte superior y los muros
de los cimientos laterales se alzan un poco en el centro. Otros
arquitectos habían usado individualmente estos llamados refinamientos en
otros templos; Fidias los usó concertadamente. Curvando ligeramente
todas las líneas rectas del templo, Fidias dio a la inmensa estructura
de mármol la ilusión de un movimiento hacia arriba. La misma ilusión de
movimiento es igual de sorprendente a una cierta distancia. Visto desde
el inclinado muro en ángulo de la Acrópolis, el Partenón parece avanzar
hacia quien lo contempla < como una gran nave >, en las admiradas
palabras de un crítico moderno. Los antiguos también se quedaban
maravillados ante el edificio que encarnaba el ideal de la armonía de
las formas. Plutarco vio en el Partenón < una vida siempre floreciente
y un espíritu que jamás envejecerá....brillando en su grandeza >.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=8484

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