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Saturday, September 30, 2006

Sobre la polemica del Miami Herald y Radio Marti

Posted on Sat, Sep. 30, 2006

Sobre la polémica del Miami Herald y Radio Martí
JORGE LUIS ROMEU

S yracuse -- Quiero añadir mis ''cinco centavos'' a la polémica de si
los periodistas pueden, sin mancharse, trabajar para varias
publicaciones. Pues el que esto escribe, al igual que los diez
periodistas censurados por The Miami Herald (TMH) por contribuir con
Radio Martí (RM), también ha contribuido para ambas publicaciones.
Durante más de 15 años he escrito, pro bono, para las páginas de opinión
de El Nuevo Herald (ENH) y he participado en innumerables mesas redondas
de RM, así como en otros programas del mismo.

Además, tuve durante años y hasta que la emisora desapareció en 1998, mi
propio programa en la Voz del CID. Pero nunca, ni ENH, ni Radio Martí,
ni la Voz del CID, ni la CIA ni nadie me ha remunerado por mis
contribuciones a los mismos, ni mucho menos pudo influenciar lo que yo
decía ni escribía.

Hasta cierto punto coincido con que puede existir algún conflicto de
interés al escribir en distintos medios, cuando este nexo es desconocido
o cuando el periodista es inmoral. Pero ninguna de estas dos razones son
válidas en este caso. Es inverosímil que TMH ignorara, por ejemplo, que
Pablo Alfonso durante años haya participado activamente en los programas
de RM o en los congresos anuales de ASCE como experto en asuntos
cubanos. Es inverosímil que TMH desconociera la participación en RM de
Ernesto Betancourt, su primer director. Y es totalmente injusto
censurarlos ahora por esta doble afiliación e incluso llegar a separar
algunos de ellos del periódico, en forma deshonrosa, aduciendo que el
haber sido remunerados por su trabajo periodístico en RM constituye un
conflicto de intereses. En una sociedad libre toda persona es inocente
hasta que se prueba lo contrario, cosa que no se ha tratado siquiera de
hacer aquí.

Implícitamente TMH los ha condenado, sin pruebas de que por trabajar en
un medio de difusión del gobierno se han dejando manipular. ¿Acaso TMH,
o cualquier otro periódico que publica (y cobra bien por ello) anuncios
del gobierno y de las grandes corporaciones del país se deja influenciar
por ellos? ¡La misma regla debe ser aplicada!

Esta acción me recuerda aquella famosa escena de Casablanca en la que
Claude Rains, jefe de la policía francesa en esa ciudad, es requerido
por el jefe alemán de las SS para que cerrara el café de Rick porque
éste no se avenía con los deseos del oficial nazi. Entonces Rains recoge
sus ''ganancias'' del salón de juego y manda clausurar el local porque,
horror, ¡allí se practica el juego ilícito!

Por otra parte, comparar la participación de estos periodistas cubanos
con la del señor Williams el año pasado es inválida. Williams engañó a
la opinión pública, porque su vinculación era oculta, mientras que los
colegas periodistas cubanos censurados son anticastristas convencidos y
bien conocidos como tales por los lectores de ENH.

El que escribe estas líneas no comparte muchas de las opiniones de estos
colegas, como por ejemplo la eficacia y legalidad del embargo, o la
forma a veces descompuesta y poco elegante en que es a veces expresada.
Y pública y libremente me he manifestado en ENH y RM en tal sentido. Sin
embargo, esto no me libra de pensar que es una injusticia lo que les han
hecho. Y me cuestiono las razones que han llevado a TMH a tal actuación.

A mi entender, lo que está ocurriendo aquí es similar a un iceberg. La
parte visible es mínima y la que está cubierta (por agua) no se puede
ver todavía. Tal vez, como han insinuado algunos ya, TMH está tratando
de obtener una plaza para su corresponsalía en La Habana, dada la
próxima desaparición física del presidente Castro. Porque, claro está,
esto significa un incremento de lectores y más dinero en anuncios para
la compañía que recientemente adquirió y dirige TMH.

Resumiendo, me parece que la administración de TMH sale mucho peor
parada que los colegas que han sido separados o censurados. Si TMH no
estuvo consciente de la dualidad de afiliaciones de sus periodistas,
sólo muestra su incompetencia administrativa. Si por el contrario, lo
sabía como todos los que sabemos de Cuba, pero se lo callaban porque al
público de Miami le encanta leer sobre Castro y Cuba, y ahora lo
utilizan en su contra, también porque les conviene, entonces TMH
demuestra una gran debilidad moral.

jromeu@ecs.syr.edu

http://www.miami.com/mld/elnuevo/news/opinion/15642736.htm

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