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Friday, June 30, 2006

La Quinta Dependiente: pintura y remiendo

SALUD PUBLICA
La Quinta Dependiente: pintura y remiendo

Odelin Alfonso Torna

LA HABANA, Cuba - Junio (www.cubanet.org) - Mientras el gobierno cubano
dona veinte hospitales de moderna tecnología a Bolivia y dos centros
oftalmológicos con equipamiento de la Isla a Ecuador, el Hospital
Clínico Quirúrgico Diez de Octubre, antigua Quinta Dependiente, en el
Cerro, yace como Partenón sobre la Acrópolis.

Esta obra, que data de mediados del Siglo 19, fue construida durante la
ocupación española. Desde entonces cientos de miles de cubanos han
recibido servicios sanitarios en la centenaria Quinta Dependiente.

Este centro hospitalario cuenta con 18 pabellones asistenciales, ocho de
ellos utilizados como salas de ingreso. Hasta el momento, sólo cinco
prestan este tipo de servicio.

Tres pabellones están clausurados por derrumbe. La sala de Reumatología
del pabellón Martínez Villena sufre de reuma en sus columnas y
cubiertas. Pedazos de hormigón caen constantemente sobre el piso.
Considerándose la edificación proclive a un derrumbe total.

Otro de los clausurados es el antiguo Hospital de Día para enfermos
mentales. Este corre la misma suerte del Martínez Villena. En sus techos
se puede apreciar una especie de jardín botánico que brota del aislante
térmico.

Gran parte del pabellón Carlos J. Finlay se encuentra inhabilitado. Sólo
unos cuantos cubículos prestan servicios de Angiologìa. Este pabellón
fue uno de los primeros en construirse, junto con la desaparecida
biblioteca.

El pabellón Avelino González, donde el que entra no sale, así dicen,
cuenta con cuatro pisos, divididos en dos secciones. Una sección del
edificio está clausurada, igualmente en peligro de derrumbe. La otra
sección presta servicios de Terapia Intermedia y Medicina General.

Antes de 1959 se realizaban misas a los difuntos en la capilla, que
colinda con Anatomía Patológica. Ahora es un vertedero de tarecos, el
resultado de la autopsia arrojó que la capilla murió por abandono.

En el pabellón José Antonio Echeverría, funcionan las oficinas de
consulta. En su cúpula habitan colonias de murciélagos. A diario,
asientos y paredes amanecen llenos de excrementos de estos mamíferos
voladores.

Casi la totalidad de los pabellones corren peligro de derrumbe. Sucede
que hay que continuar con la asistencia, sin importar el riesgo que se
corre.

Una inversión capital en la Quinta Dependiente requiere de millones de
pesos. Quizás sea más rentable colocar en cada pabellón una sala de
primeros auxilios para casos de derrumbe.

Los pacientes de la tercera edad son los más favorecidos por la
arquitectura. El pabellón Pérez Pérez de Geriatría cuenta con dos pisos
de puntal alto, recientemente remodelados. Los ancianitos están más
conformes.

Otro de los remodelados es el pabellón Julio Antonio Mella, que funciona
como Instituto Nacional de Reumatología.

Estas remodelaciones son catalogadas de bajo costo por el frecuente robo
de materiales de construcción. La magnitud del esfuerzo que realiza el
gobierno sólo es comparable con los pedazos de techos que caen.

El reuma arquitectónico se extiende a varios hospitales: La Covadonga,
Calixto García, Fructuoso Rodríguez, Miguel Henríquez, Hospital
Nacional, La Quinta Canaria.

Vista hace fe. Aunque queda suficiente pintura y remiendo para las
fachadas coloniales, el interior no importa. Los sanitarios con sarro,
los putrefactos colchones y el estafilococo pueden esperar.

Continuarán los ministros tijera en mano, cortando la cinta inaugural de
nuevos hospitales o clínicas oftalmológicas, donde quiera que el
comandante ordene.

Cuarenta y siete años de Revolución no han bastado para un mantenimiento
serio en la centenaria Quinta. Sin embargo, el dichoso Evo Morales
recibió como obsequio veinte hospitales, quince de los cuales ya están
en ejecución.

Los cubanos tendrán que conformarse con las viejas instalaciones y la
atención de los obstinados galenos cubanos.

http://www.cubanet.org/CNews/y06/jun06/30a10.htm

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